AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

9.

ACTUALIZACIÓN 2/4

Los lugares que Mika solía frecuentar nunca eran bonitos, a excepción de cuando era estrictamente necesario.

La mayoría de las veces eran lugares de mala muerte. Bares, clubes nocturnos, prostíbulos y más. No tenía recuerdo de, alguna vez de su existencia, haber acudido a un restauran elegante solo para disfrutar de una comida y ya. Jamás se había sentado en una mesa elegante para charlar con calma y beber un poco de vino porque sabía que eso no era algo que se podía permitir.

Y sus hermanos siempre estaban ahí. Jamás se podía deshacer de ellos, de quienes eran sus sombras en todo momento y de quienes eran los peores demonios que había conocido.

No creía capaz el que pudiera existir alguien para luchar contra ellos. Ellos eran el mayor obstáculo que tenía. Jamás iba a poder enfrentarse a ambos. Si sus cálculos no fallaban, su fuerza y agilidad solo podría con uno y sería con Prasko. Por otro lado, con Viktor, las cosas se tornarían arduas e imposibles de realizar.

A diario creaba planes en su cabeza, formaba ideas y mucho más.

Quería ser libre, pero no podía serlo si estaba solo. Su primer movimiento era encontrar un aliado, el problema es que no encontraba a nadie capaz de serlo. Nadie estaba a su altura. Todo siempre eran igual. Todos eran débiles y estúpidos a los que sus hermanos los podían matar sin siquiera pestañear.

Mientras la música iba sonando en el lugar, él se encontraba con otras personas más bailando. Era un burdel de mala muerte y, como era debido, todos pagaban por ir a acostarse con alguien que pudiera elegir.

Su rostro era cubierto por una máscara de un zorro de color naranjo que se mezclaba con su cabello. En su cuerpo llevaba un atuendo exótico, haciéndolo ver sensual realizando movimientos sensuales y bailando en el lugar donde muchos lo hacían.

Todos le tiraban dinero, aunque Mika nada recogía porque nada de eso le era relevante.

Ignoraba mientras algunos lo tocaban o las cosas que le decían. Se sostuvo del tubo para levantar su cuerpo y dio vueltas con agilidad, demostrando que era experto en ello.

A su alrededor habían muchos Omegas masculinos como mujeres Omegas o Betas. Todas vestían de la misma manera y todos llevaban máscaras. Las luces no eran intensas y todo se veía de un color rojo. Ninguno fallaba en sus movimientos, todos se movían de la misma manera: sensual, caliente.

La mayoría los miraba, pero otros se limitaban a mantenerse sentados, bebiendo algo y luego, sin más, solo elegían a alguien con quien acostarse. A eso se resumían aquellas noches.

Aunque Mika no estaba ahí por eso.

La misión era otra en aquel momento y, mientras esperaba que llegara el segundo perfecto, se siguió moviendo con audacia, delicadeza y seducción. Vio los billetes caer al suelo, pero no tocó ninguno de todos eso. Se concentro en hacerlo todo bien y ya, limitando su mente, eliminando aquellos pensamientos que le pudieran provocar alguna dificultad para lograr aquello.