AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

79.

ACTUALIZACIÓN 2/2

Mika se despertó y, lo primero que vio, fue a Slavik a su lado. Sonrió. Sin duda alguna, el dormir con alguien era demasiado bueno y más cuando era una persona especial.

El aroma a vodka que siempre emanaba de él era intenso, pero con una intensidad mucho menor a la que había sentido con su ciclo de calor. Y recordar eso, no supo lo que le produjo. Aunque no eran sensaciones malas en lo absoluto. Todo se limitaba los pensamientos de que lo había hecho con alguien especial.

Por un momento, deseó no haber estado con nadie antes.

Saber que había desperdiciado su primer beso y primera vez con alguien desconocido y que todo había sido asqueroso, le provocaba tristeza. Sabía que, si hubiera sido Slavik desde un inicio, todo estaría descrito como perfecto en su totalidad.

Al moverse un poco para sentarse en la cama, un suspiro abandonó sus labios. Aún no lo creía del todo. Había transcurrido un día desde que el embarazo se sabía y, el no perderlo, le daba una sensación extraña. Luego, poco a poco lo fue entendiendo y era alivio por no sentir la culpa de eliminar algo. No lo habían golpeado, culpado por ser Omega y no estaba acurrucado en su cama llorando por el dolor sin que nadie lo pudiera ayudar.

En esos momentos, jamás tenía ayuda médica, todo el proceso del aborto lo pasaba solo, llorando y, al otro día, debía ponerse de pie y estar dispuesto a hacer lo que su padre estime conveniente, incluso un encuentro sexual.

Cerró sus ojos unos segundos porque un escalofrío le recorrió el cuerpo con potencia.

Comenzó a experimentar miedo y duda, hasta que su mano fue tomada. Slavik no tardo en sentarse en la cama para abrazarlo y hacerle saber que todo estaba bien. Aquel gesto fue suficiente. Era algo que le demostraba que no estaba solo y que no lo iba a estar jamás. Inspiró profundo su aroma y le gustaba. Ese aroma a vodka era perfecto para él.

—¿Estás bien?

—¿De verdad no me lastimaste para abortar?

A Slavik le dolió oír esas palabras.

—Jamás podría hacer algo como eso. Nunca te lastimaría, Mika. Puedo ser bueno por ti cada día del resto que nos espera.

El Omega sonrió ante esas palabras más que perfectas.

—Debemos levantarnos. Iremos con mamá, ¿bueno?

—Sí —dijo con una sonrisa.

—Recuerda hacer las cosas con calma.

Asintió para entrar al baño a ducharse. Después de bastante tiempo, podía ducharse en paz. No pensaba en que su cuerpo estaba sucio o en que alguien lo había tocado. El aroma que tenía impregnado del Alfa era suficiente para saber que estaba bien.

Salió de la ducha para colocarse una bata de baño. Ansiaba verse bonito todos los días. Quería hacerlo para Slavik, pero más para él mismo.

Tras sus idas al psicólogo, iba comprendiendo que su pasado siempre lo iba a perseguir. Que el recuerdo de todas esas personas que había tenido que matar nunca se iba a desligar de su mente, así que solo le quedaba aprender a vivir con ello, a ir seleccionando lo que de verdad valía la pena.