AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

89.

Con una dedicación especial que
fue pedida☺️. Muchas gracias por
tu apoyo a la historia💖.

El silencio de la habitación fue enorme. No había ruido alguno que pudiera demostrar el sitio, exactamente, en el cual Slavik se encontraba.

La extrañeza en su cuerpo fue anormal.

No tuvo ni la más mínima idea de lo ocurrido ni por qué tenía su estómago dando vueltas y una sensación de náuseas que no recordaba haber experimentado jamás en su vida. Tragó saliva, notando el sabor extraño en su boca.

Intentó ir pensando en si lo habían atacado, si se había caído o qué cosa en realidad.

Todo se borró de su mente. Al momento en que sus ojos se fueron abriendo, pestañeó un par de veces. Pudo observar la luz en el techo y que todo era de un color blanco. Miró a ambos lados y recién iba reaccionando. El ruido a su derecha, llamó su atención y giró su rostro para ver a un hombre.

—Hola, señor Slavik —saludó con una sonrisa y amabilidad, hasta que su cuello fue tomado y su cuerpo levantado del suelo como si fuera una simple pluma

—¿Dónde está Mika?

No obtuvo una respuesta, solo escuchó como intentaba respirar y liberarse a la misma vez.

—¡¿Dónde carajos está?!

—H-habi...tación qui...nientos..., señor.

Simplemente, lo soltó y salió.

Miró a ambos lados porque si ese era el número de la habitación, entonces tenía que estar en otro piso. Avanzó a las escaleras, empujando a todos los que se cruzaban en su camino. No le importó si eran mujeres, hombres o niños.

Los escalones los subió corriendo y recorrió el pasillo sintiendo demasiadas cosas.

Nada más quiso verlo, quiso saber que estaba bien, quiso sentir su dulce aroma a vainilla. La ansiedad y la emoción fueron demasiado que terminó corriendo para llegar a la habitación y abrirla de un solo golpe. Debido a la potencia, una de las bisagras de la puerta de salió del lugar y casi cayó al suelo.

Quiso decir algo, pero no.

Lo que sus ojos vieron, fue una imagen demasiado bonita. Jamás pensó que algo tan majestuoso pudiera presentarse frente a él. Sabía que un asesino, psicópata, manipulador, despreocupado por la vida de cualquiera y alguien capaz de realizar las peores torturas por simple placer, no merecía nada bueno. Que jamás iba a pisar el cielo, sin embargo; al ver a Mika ahí sosteniendo al bebé en sus brazos, el oxígeno se escapó de sus pulmones.

Pudo ver su cabello naranjo, justo como el que Mika tenía. Deseó muchas cosas, mas no. Tuvo miedo de llegar donde él y mancharlo con sus manos con sangre. Tuvo temor de que no ser demasiado bueno.