AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

61.

Última dedicación💘.

ACTUALIZACIÓN 3/3

Al llegar al final de parque, ambos se detuvieron.

A pesar de que se habían encontrado con pocas personas mientras caminaban, ahí habían muchas. Todas se movían de un lado a otro por ser un lugar para patinar en hielo.

Slavik nunca había patinado en hielo. Recordaba que era algo que le gustaba a su madre, pero él nunca lo hacía, aunque sabía cómo hacerlo. Para ese momento quiso realizarlo porque tenía conocimiento sobre que, el patinar en hielo, podía ser una buena opción para una salida romántica. Y deseaba que todo fuera demasiado bonito y especial.

Tiró de la mano del Omega para que avance hasta donde estaba la entrada. No miró atrás, sin embargo; no era necesario porque sabía que el lugar estaba rodeado por sus hombres.

Quería que todo fuera una bonita salida, no obstante, nunca iba a saber lo que podía ocurrir. Debido a eso, es que debía estar preparado para todo.

—¿Vamos a patinar en hielo?

—Claro que sí, Mika. Si no patinamos sobre hielo, entonces no seremos una pareja muy romántica.

El Omega, tras oír eso, nada dijo.

Estaba escuchando palabras que nunca había oído.

Un te amo.

El que eran pareja.

—Ven aquí. Debes cambiarte los zapatos y dejar los tuyos guardados aquí. No te preocupes, no se van a perder.

—Pero no sé patinar sobre hielo.

—No te preocupes, amor, yo te enseño. Te voy a enseñar a hacer otra cosa bonita de las que me pediste —le recordó con una pequeña sonrisa.

De manera rápida, se acercó para besar su mejilla e hizo que tomará asiento.

—Bien. Vamos a hacerlo rápido —anunció para irle quitando los zapatos él mismo y luego colocarle los patines de hielo con calma.

Al estar en la entrada de la pista, él entró primero. Estiró su mano notando que Mika estaba pegado a la entrada y con cierto miedo a entrar.

Le provocó diversión.

—Si tienes miedo, entonces puedo darte un beso para que se vaya muy lejos.

Mika nada dijo.

Tragó saliva para entrar con calma.

Creyó que podía ser sencillo. Hasta que ambos pies se le fueron hacia adelante. Movió sus brazos para intentar sostenerse de algo, mas no. Nada pudo encontrar y asumió que caería. Hasta que su cuerpo fue tomado.

—Cuidado. No quiero que te caigas y te lastimes. Ven, vamos a hacerlo con calma.

—No me sueltes.

—¿Soltarte? —preguntó Slavik con un tono curioso —. Nunca en la vida te voy a soltar, Mika.