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ACTUALIZACIÓN 4/4

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ACTUALIZACIÓN 4/4

Al salir el sol, Slavik seguía ahí, solo mirando el techo de la habitación. Seguía abrazando al Omega con cuidado y, en ningún momento, había dejado de acariciar su espalda, pero era momento de levantarse.

Tenía que encargarse de muchas cosas. 

Se movió con calma y quiso tomar una ducha. El agua fría siempre le ayudaba y, al tenerla cayendo sobre su cuerpo, le ayudó mucho a lograr tener su mente fría de nuevo. Mantuvo sus ojos cerrados por unos segundos porque debía controlar emociones nuevas. 

Al igual que Mika, estaba viviendo cosas que nunca antes había vivido, por ende, el controlarlas no iba a ser sencillo. 

Y tampoco tenía tiempo para plantearse una forma de hacerlo, así que, sin más, se limitó a eliminarlas hasta que fuera el momento perfecto para poder sentirlas con más libertad.

Tenía claro que el llorar no era de débiles. Su madre muchas veces había llorado y no se trataba de que lo hacía por ser una mujer o por mera debilidad, sino que, en ocasiones, las cosas la superaban y el llorar le ayudaba a liberarse de aquel peso sobre sus hombros. Inhaló profundo y tomó una toalla para secar un poco su cuerpo y rodeó su cintura para salir de la ducha. 

Vio a Mika sentado en la cama y con un rostro que demostraba que muy bien no se sentía.

—Hola —saludó acercándose a la cama para sentarse. 

—Hola.

—¿Te sientes bien? Hoy he pospuesto algunas cosas porque quiero que salgamos —anunció.

Y sabía que no tenían demasiado tiempo para salir y divertirse, pero quiso darle un poco de diversión, quiso llevarlo a un lugar bonito para que su frágil mente se pudiera centrar en algo más. 

Una última salida antes de iniciar con todo lo que se iba planeando.

—¿Dormimos en la misma cama? —preguntó con duda.

—¿Dónde más podría dormir? 

Mika nada dijo.

Bajó la mirada sin saber muy bien qué decir. 

—¿Es verdad que Prasko te contó todo? ¿Qué te dijo todo sobre Viktor?

Slavik guardó silencio.

—Sí, es verdad.

—¿No sientes asco de mí? 

Un golpe.

Pudo categorizar esas palabras como un golpe. Y la debilidad lo atacó también. Asumió que, si se ponía de pie, no iba a ser capaz de sostener su propio peso.

—Mika, no quiero que vuelvas a preguntarme algo como eso, por favor —rogó tomando una de sus manos para llevarla a sus labios y depositar un beso sobre sus nudillos —. Jamás podría sentir asco de ti. Tu cuerpo es perfecto para mí. Eres bonito, cada parte de ti es bonita. Nadie, nunca, jamás, durante todo lo que llevo viviendo, me había provocado lo que tú. Tú me provocas deseos de ser gentil, de ser bueno, de actuar con dulzura, de tener cuidado, de siempre ser amable, respetuoso y de jamás tocarte contra tu voluntad. 

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora