AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

53.

ACTUALIZACIÓN 1/2

Mientras Mika seguía estando dormido, Slavik abandonó la habitación para irse a otra. No se sentía cansado, aunque admitía que tenía ciertas molestias musculares. Nada que no pudiera manejar y que no hubiera sentido antes.

Eran dolores tan comunes que, después de tanto, jamás les tomaba atención y seguía con su día a día normal.

Bajó las escaleras oyendo un poco de ruido en la cocina, lo cual indicaba que sus trabajadores ya estaban preparando el desayuno. Eso le pareció fantástico porque tenía el hambre suficiente como para comerse un jabalí o incluso más, pero, antes de eso, primero debía realizar otra cosa. No quería posponer muchos temas, debido a eso, es que estaba dirigiéndose a la habitación de Prasko para poder charlar con él sobre algunas cosas que le interesaban.

Evidentemente, los niños siempre aprendían todo en la escuela. A cierta edad, todos debían oír lo que significaba ser Alfa, Omega y Beta. Era una de las clases más importantes que todo niño debía aprender.

En ocasiones, lo principal se aprendía en la secundaria, luego de eso, cualquier otro tema más delicado, los padres lo podían enseñar. No le sorprendía que a Mika no le hubieran enseñado nada, pero, que su falta de conocimiento pudiera llegar al punto de no saber con exactitud lo que era un "nudo" lo descolocó.

Tragó saliva y se desligó de esos pensamientos mientras tanto.

Al abrir la puerta, pudo ver a Prasko durmiendo aún. Sonrió porque, sin duda alguna, el sedante si había sido fuerte.

Dio pasos lentos para llegar hasta el lado de la cama y se sentó con calma. Notó que su rostro estaba medio hinchado aún y con partes moradas. Lo vio demasiado en paz como para estar durmiendo en la casa de quien podría ser su peor enemigo y el capaz de enviarlo al infierno.

Siguió esperando, revisando su teléfono. Estaba esperando unas respuestas y también unos reportes de sus hombres, así que iba a tener un día un tanto largo. Luego, quería que Mika se fuera a casa con su madre. No le agradaba mucho que anduviera a su lado. No por considerarlo un estorbo, sino que por el hecho de que sabía que no podía ser tan bestia si se encontraba con alguien. En cambio, si estaba solo, podía hacer y decir lo que fuera.

Al oír un quejido, le dio una mirada.

Se imaginó por unos segundos el ahogarlo con la almohada. Definitivamente, el oír sus gritos silenciados y verlo luchar le alegraría demasiado el día, mas no.

El matarlo no era algo que estaba en sus planes aún y podría seguir vivo, a menos que algo cambie.

Quiso acercarse un poco más y pudo notar que, a pesar de que su cabello era de otro color, tenía algunas expresiones en su rostro que confirmaba el hecho de que con Mika eran hermanos. Era la misma nariz, la misma forma de sus cejas, solo que era de otro color.