AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

2.

ACTUALIZACIÓN 2/3

Años atrás...

—Debes matar.

—Seduce a tus víctimas.

—Eres letal, Mika.

—¿Sabes lo que hacen los zorros? Engañan.

—Mátalos a todos.

—Todos son tus enemigos.

Los hermanos de Mika eran mayores. Mika se encontraba ahí llorando y temblando por ver como mataban a alguien, sus hermanos solo se reían.

Su padre nada hacía, él estaba ahí sentado, de piernas cruzadas, obligando que el pequeño viera y escuchara todo lo que sus hermanos estaban haciendo.

Para niños de aquella edad, era imposible que fueran capaces de cosas atroces e inhumanas, no obstante, los hermanos de Mika se habían criado de la peor forma. No titubeaban, no dudaban y, el matar a alguien, nada más los divertía.

—No dejes de mirar —ordenó el hombre, moviendo su rostro para que siguiera observando la escena que estaba ocurriendo.

Los dos chicos siguieron haciendo su trabajo, mientras el hombre seguía estando vivo y amarrado para que no se pudiera defender. Porque así era la mala vida. 

—¡Papi!

—¡Mira lo que tus hermanos están haciendo, Mika!

—¡No quiero! —gritó entre llantos descontrolados.

La sangre, los alaridos de dolor, la escena macabra con la poca iluminación, la risa desquiciada de sus hermanos. Y no los veía como sus hermanos, los veía solo como dos demonios, dos monstruos, dos personas horribles, llenas de sangre. Los vio como algo macabro y oscuro.

—Aprenderás a ser fuerte y poderoso. Aprenderás a matar y a seducir. No hay duda que serás un Omega y jamás un Omega volverá débil mi mundo. Ellos son Alfas y es por eso que son quienes matan sin piedad y, como es debido, tú serás un Omega creado para seducir y examinar a tus víctimas. Aprenderás a descifrar que es lo que quiere un amante y a explotar tus dones.

Los gritos, la laguna de sangre que se fue formando y que se comenzó a acercar a él, lo hizo llorar con más fuerza. Se orino en los pantalones y grito sin parar.

Al siguiente mes llegó otra persona que sus hermanos mataron frente a sus ojos.

El estar cerca de ellos le provocaba terror. No quería estar con ellos por siempre verlos jugando con cuchillos y disparando. Le aterraba dormirse en las noches.

A Viktor lo categorizaba como alguien capaz de comer carne humana. Su salvajismo estaba plasmado en sus ojos azules, la sangre se mezclaba con sus cabellos rojos y su piel blanca le daba un aspecto mucho más aterrador. Era quien se encargaba de provocarle la mayor cantidad de dolor a sus víctimas.