AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

46.

Con una pequeña dedicación☺️.
Gracias por el apoyo💖.

ACTUALIZACIÓN 1/2

Slavik no pensaba marcharse, lo que menos quería es que Mika se pudiera asustar o actuar por impulso. Caminó con él y pudo sentir detrás a su madre.

Luego le iba a pedir que los deje solos, pero quería que también conociera al hombre por cualquier cosa.

Al detenerse, el hombre estaba de pie. En su rostro se podía apreciar el hecho de que estaba asombrado. Su mirada se centró en el Omega. A pesar de que Mika nada dijo, el Alfa se pudo dar cuenta de que estaba dudoso y sintiéndose extraño.

—Escucha, Mika, yo estuve investigando un poco —explicó —. Habían cosas que no me cuadraban en todo esto, así que me tomé la libertad de realizar aquello.

—Y, ¿quién es él? —preguntó.

Slavik le dio una breve mirada a su mamá y ella solo asintió para marcharse. Su silla de ruedas era silenciosa, pero, de todas formas, se pudo oír un poco. Luego, miró al hombre para darle un asentimiento de cabeza.

Él de inmediato aclaró su garganta, preparándose para hablar.

—Hola, Mika. Me alegra el que por fin podamos hablar. Sé que no sabes quién soy, pero, si te digo mi nombre, es probable que lo sabrás de inmediato —contó con lentitud y tomó una respiración profunda —. Me llamó Dorik, Dorik Kervetrich. Durante mucho tiempo he estado intentando acercarme a ti.

El Omega pestañeó un par de veces y reconoció el nombre más que bien, pero el apellido le dio curiosidad y no era el mismo apellido con el cual lo conocía.

Tragó saliva.

—Me gustaría que podamos hablar solos, por favor.

—No —respondió Slavik —. Él no se queda solo con nadie. A menos que él diga algo diferente sobre mi presencia.

Y Mika no se atrevió a decir algo. No se sintió en confianza. La forma en que lo miraba no le provocaba tranquilidad, sino que nerviosismo. Tragó saliva y solo quiso tenerlo a su lado.

—Quiero que te quedes conmigo —murmuró mirándolo.

Slavik asintió.

—Bien, vamos a sentarnos. Di las cosas con cuidado —advirtió dejando su arma de color dorado sobre la mesa de centro.

—En esta carpeta hay muchos papeles que hablan sobre ti y también sobre Prasko. No existe mención alguna a Viktor. Todo se limita a ustedes dos.

—¿Qué papeles?

—Papeles que dejo tu madre.

Al oír eso, de la nada su respiración se aceleró. Pestañeó un par de veces y no supo qué estaba pasando. No pudo comprender muy bien lo que Dorik intentaba decirle o explicarle. En su cabeza miles de pensamientos fueron pasando sin cesar.