ACTUALIZACIÓN 2/2
Seis años después...
Como era navidad, entonces el árbol, desde el primero de diciembre, estaba adornado. Todos se habían encargado de ello y de dejar la casa, totalmente, adornada. La cena estaba quedando perfecta y Mika con Slavik se estaban encargando de preparar algunas cosas.
Iba a estar Dorik y también Prasko con su Omega.
Luego de marcharse, pasaron dos años hasta que regresó. Todos podían ver que estaba mucho mejor. Con menos peso sobre sus hombros, sintiéndose más libre y emocionado porque con Kenye iban a tener un bebé.
Todos estaban felices por la noticia porque eso significaba que la familia seguía creciendo.
Y, mientras ellos cocinaban, la mamá de Slavik estaba con Maksim y con alguien más.
Mika, cada cierto tiempo, miraba sobre su hombro para verlos ahí jugando. Tenían unos juguetes y también un peluche de oso polar que Slavik le había dado. Tras cinco años, Mika había querido intentar tener otro bebé. Y, con el mismo cuidado del anterior y el mismo asesoramiento médico profesional, lo habían logrado.
Así que ya no era solo Maksim, sino que también estaba Iskra.
Aún no cumplía el año y su cabello blanco destacaba mucho. Llevaba puesto un vestido celeste, además de un cintillo del mismo color que adornaba su cabello. Sin duda alguna, tenía albinismo. Y ya la fabrica de bebés estaba cerrada en su totalidad. Con ellos dos tenían más que suficiente.
Al momento en que Prasko llegó, la puerta fue abierta de inmediato por Slavik.
—Hola, cuñado, ¿me extrañaste? Hace un mes que no nos veíamos.
—Sí, sí, muévete de mi vista.
—Oh, vamos, ¿sigues enojado por el disparo que te di cuando volviste?
A pesar de que Mika se había enojado aquella vez, sabía que había valido la pena, totalmente, el dispararle.
—¡Tío, Prasko!
—Hola, Maksim. ¿Cómo estás? Yo te veo listo para ir a la guerra —comentó, levantándolo del suelo un poco para luego acercarse al siguiente.
—Iskra está comenzando a caminar.
—Ya veo y tú cada vez hablas mejor —habló, pasando su mano por su cabello naranjo —. ¿Qué tal, princesa? Te ves muy bonita.
—Es igual a su padre, ¿no lo crees, cuñado?
Prasko se contuvo las ganas de decirle algo feo por respeto a los niños.
—Sí, buena suerte espantando a quienes se le quieran acercar cuando sea grande —bromeó.
Slavik lo miró de mala gana. Evidentemente, le gustaba molestar, pero no que lo molesten.
—De seguro que tendrá a miles.
—Que chistoso —farfulló para alejarse de mala gana.
—¿Iskra tendrá novios? —preguntó Maksim.
—Pues, hay que averiguarlo aún.
—Papi se pondrá loco —susurró —. Dice que no querrá que nadie mire a Iskra hasta que él muera.
Prasko sonrió porque iba a tener algo para molestarlo por mucho tiempo.
—Bueno, será complicado —comentó dándole una mirada porque era bonita. Le recibió el oso polar de peluche que le entregaba para verla sonreír y se le veían sus pequeños dientes.
Y al momento de la cena, todos tomaron asiento. Para Prasko y Mika aún era extraño el compartir una mesa normal y donde se hablaba de cosas bonitas y tranquilas.
Mientras los demás hablaban, se dieron una breve mirada, solo para terminar de comprobar que todo era verdad y siguieron disfrutando de la cena.
Ya no existían cosas malas.
Su familia era muy diferente y Prasko iba a tener la suya también.
Las cosas, después de tanto tiempo, estaban perfectamente. No era necesario algo más porque, mientras estaban ahí comiendo, lo tenían todo. El camino había sido complicado, lleno de dolor, traumas, muerte y sangre, no obstante, el futuro estaba lleno de amor, de sonrisas, de felicidad.
—¡Hay que abrir los regalos! —gritó Maksim.
Uno a uno, los obsequios se fueron abriendo. Todos se fueron entregando uno con un abrazo, a excepción de Prasko que le tiró el suyo a Slavik por la cabeza porque se negaba, totalmente, a abrazarlo.
—Feliz navidad, amor —dijo Slavik dándole un regalo a Mika.
—Feliz navidad y te amo —murmuró dándole uno también.
—Te amo —repitió el albino.
Y siguieron abriendo regalos todos juntos.
Eran una familia.
Y no cualquier familia.
Eran la familia Románovich y nadie, nunca, iba a tener las agallas de hacer algo contra ellos, pues el que lo hicieran tenía ganada la peor de las muertes.
Eran letales.
Eran peligrosos.
Eran los dueños de Rusia.
FIN.
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Bueno, aquí podemos saber que Prasko regresó con su Omeguita y que tendrán un bebito💖.
Evidentemente, Maksim e Iskra serán Alfas dominantes, así que Slavik no tendra que preocuparse mucho. Se ven tiernos ahora de bebés, pero ya siendo grandes serán iguales a sus papis o quizás peores😏.
En el siguiente cap habrá un notita de autor.
Y aquí les dejo a nuestra Iskra que espero les guste también🥹:
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AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©
RomanceSlavik siempre estuvo en la cima. Todos se postraban a sus pies y nadie se atrevía a desafiarlo, a no obedecerlo. Siendo el líder de la Mafia dorada de Rusia, su pasado era oscuro, pero su presente estaba lleno de muerte, sangre y más. Nadie sobrevi...