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ACTUALIZACIÓN 1/2

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ACTUALIZACIÓN 1/2

Mika no tenía muchos recuerdos de su madre.

La edad temprana a la cual la había perdido, no le permitía recordar muchas cosas, aunque siempre tenía presente la forma en que la habían asesinado.

Sus gritos resonaban en su cabeza y siempre veía tan clara la imagen que le revolvía el estómago. El recordar aquello siempre le ayudaba a entender que su vida jamás iba a ser bonita o color de rosa. Su vida siempre se iba a limitar al color rojo de la sangre.

Tragó saliva, contemplando su habitación. Eran cuatro paredes que siempre observaba y donde intentaba pensar en muchas cosas para sus planes. Intentaba visualizar sus movimiento e ir dejando a un lado los que podían tener menor probabilidad de éxito. Luego, observó el tablero que estaba ordenado sobre el velador que había al lado de su cama.

Todas las piezas estaban ahí y movió una para luego mover la otra.

Sabía que, con cada movimiento que ejecutará, iba a estar cerca de ser comido por alguien, pero tenía que arriesgarse. Tenía claro que, a pesar de todo, debía aprovechar cada uno de sus movimientos.

Para el momento en que quedó una pieza negra y la otra blanca frente a frente, se detuvo. Observó los dos reyes y, en el ajedrez, si quedaban solo los reyes, se consideraba un empate. No existía una forma de que se pudiera ganar rey contra rey.

Ladeo su rostro un poco porque era algo que nunca le había pasado. Siempre jugaba solo y, a pesar de eso, jamás habían quedado los dos reyes en el tablero.

Le pareció peculiar, interesante.

Pestañeó un par de veces y tomó el rey de color blanco. Lo observó con lentitud y cautela. Solo era una pieza, eso lo tenía claro, no obstante, una sensación rara le recorrió el cuerpo.

Se puso de pie, guardando la pieza en su bolsillo. Siempre guardaba un caballo, pero aquella vez, después de mucho tiempo, cambió la pieza que lo acompañaba a todos lados.

Caminó por el pasillo y fue cuando escuchó su nombre.

Se detuvo, soltando un suspiro. Terminó regresando y entrando a una habitación.

Vio a un tipo en el suelo que estaba golpeado, a su padre regañando y a sus hermanos ahí.

—Es todo tuyo.

Lo observó y le dio lo mismo. La sangre que brotaba de su cuerpo le pareció insignificante. Se acercó donde su padre, oyendo lo que le decía en el oído y tomó unos papeles.

Todos se fueron y observó la cámara que estaba en la esquina.

Tomó asiento, oyendo como el hombre lloraba mientras estaba sentado en una silla y amarrado. Leyó lo que había de información y debía pagar por la traición, aunque antes debía obtener algunas pequeñas cosas.

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora