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ACTUALIZACIÓN 2/2

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ACTUALIZACIÓN 2/2

En las mañanas, Mika siempre solía despertar temprano. A veces Slavik estaba ahí, pero en otras no y no se preocupaba. Lo podía sentir en la casa, pero, para ese momento no.

De la nada, fue sintiendo que estaba solo.

No le encontró mucho sentido a eso porque estaba en la casa. En un lugar seguro y nunca le iba a ocurrir algo, pero no pudo quitarse esa sensación de su cuerpo.

Observó su muñeca, donde siempre andaba trayendo la corbata de Slavik como pulsera y no estaba.

Eso fue mucho peor.

Y quiso calmarse. Sabía que todo tenía que estar siempre en orden porque la angustia, el miedo, la preocupación, todo podía afectar a su bebé. Se movió en la cama, levantando las cosas y no estaba. El no encontrar la corbata lo fue desesperando.

Se puso de pie para ir sacando las sábanas, el cubrecamas e ir moviendo las almohadas intentando encontrarla.

Todos los días, en todo momento, la utilizaba en su muñeca. El sentirla ahí le enviaba una especie de calor y refugio a todo su cuerpo. Y no lo tuvo en ese instante. El frío y el temor lo fue dominando.

Miró a todos lados y caminó a la puerta para no oír nada. No comprendió lo que estaba ocurriendo en realidad. Dio pasos lentos hasta llegar a las escaleras y las fue bajando con calma. Con cada paso que fue dando, el terror lo fue dominando mucho peor y un escalofrío le fue recorriendo la espina dorsal. Se frenó por sentir algo y tragó saliva con dificultad.

—¿Slavik?

Nada.

—¿Dónde estás? —preguntó y sus ojos se fueron llenando de lágrimas —. Tengo miedo. ¡Slavik!

Dio unos pasos para llegar a la puerta principal, imaginando que podía estar afuera con sus hombres y escuchó el quejido detrás. No quiso girar sobre sus pies. La idea de que algo horrible estaba justo detrás le dominó el pensamiento.

No supo si era un monstruo, un fantasma o qué, pero escuchó el crujido de algo.

Fue moviendo su cuerpo con calma y sus manos temblaron. Todo el terror que fue experimentando lo hizo sudar frío y retrocedió con fuerza al verlo. Ahogó un grito y negó con su cabeza porque no podía ser verdad. Lo que estaba viendo no podía ser cierto porque estaba muerto. Viktor estaba muerto, lo había matado, pero ahí estaba de nuevo con esa sonrisa descabellada que solía tener en su rostro siempre.

—No...

Sus lágrimas cayeron porque Slavik estaba en el suelo, ensangrentado, muerto, degollado. Su cabello blanco estaba lleno de su sangre y su ropa dorada toda rasgada.

Retrocedió de nuevo y su espalda chocó con alguien. Al girarse vio a su padre y se enredó sobre sus pies para caer al suelo. Sus manos se llenaron de sangre y no supo como escapar.

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora