AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©

62.

ACTUALIZACIÓN 1/4

—Debemos pensar en un buen plan, primero que nada —dijo Mika, mientras estaban los cuatro sentados en una mesa.

Slavik, la madre del Alfa, Prasko y él.

No podían seguir esperando, solo les iba quedando el pensar en los mejores movimientos para lo que estaba a la vuelta de la esquina. Se trataba de actuar ellos o permitir que Viktor con su padre lo hicieran. Y ninguno deseaba eso en realidad. Lo único que estaban deseando era en obtener la victoria y la libertad.

—Bien, ¿qué cosa es la que sugieren? —preguntó Slavik.

Y quería oír primero todo lo que tenían en mente y, luego de eso, decir lo que él pensaba. Y no estaba en sus planes enviar a Mika como carnada jamás. Aunque asumía que esos tampoco eran los planes de Prasko.

Él pensaba en algo más directo, más concreto y sin muchas vueltas, pero también sabía que Viktor con su padre no eran idiotas y no iban a estar a la luz del día como si nada.

—El primero en caer será papá —habló Prasko —, eso todos lo tenemos bastante claro.

—Bien, ¿vas tú por él?

—No, ire yo —dijo Mika con voz clara —. Yo quiero atraparlo.

—Mika...

—Dije que yo quiero atraparlo. Necesito hacerlo. Si no lo hago, entonces nunca podré estar en paz realmente. Quiero buscarlo, atraparlo y matarlo. Eso es lo que deseo hacer.

Slavik comprendía ese deseo más que bien. No se lo podía impedir, pero tampoco le daba alegría el que quisiera hacer solo todo eso. Al menos, quería conformarse que quisiera la ayuda de su hermano.

—De acuerdo, pero ve con Prasko.

—Quiero ir solo. Puedo hacerlo solo. No necesito la ayuda de nadie más. Sé dónde podrá estar. Solo tienen que distraer a Viktor.

Slavik miró hacia el lado.

No le agradaba. No quería eso.

—Hijo, creo que debes aceptar que Mika lo haga. Sabes lo que significa para él. Limitate a darle apoyo junto a Prasko. Además, Mika lo hará bien.

El Omega sonrió al oír sus palabras.

Le gustaba saber que tenía el apoyo de la mujer, y que confiaba en sus habilidades para enfrentarse a quien fuera. Luego, miró a Slavik en espera de alguna respuesta, pero no. Todo se limitó a silencio. Demasiado silencio.

—Bien. Hazlo. Cuñado, ¿cómo atraemos a Viktor?

—Carajo, deja de decirme así.

—¿Qué ideas tienes entonces?

—Solo ponte de pie ahí y él va a llegar solo. Es mejor que te vea a ti, simplemente. Si me ve a mí también, entonces no será tan sencillo. Viktor está acostumbrado a pelear conmigo. Siempre lo hacíamos de esa manera. Yo buscaba los puntos débiles y él los atacaba. De esa manera, él se controlaba, ahora no estará controlado. No va a pensar en frenarse, en el cansancio ni en nada. Su objetivo será atacar a matar.