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ACTUALIZACIÓN 2/4

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ACTUALIZACIÓN 2/4

El grito que brotó del hombre luego de ser insertado un cuchillo en su pierna, retumbó en el lugar.

—Dime, ¿dónde está tu puto jefe?

Lo único que obtuvo fueron balbuceos que le fueron imposibles de poder comprender. Le provocó aburrimiento y lo observó unos segundos como gritaba y lloraba.

A veces le gustaba oír eso, pero odiaba cuando recién iniciaba y ya casi se morían.

—¡¿Por qué no respondes, idiota?! —exclamó para darle dos disparos. Uno en cada pierna.

—Señor, usted le cortó la lengua apenas llegó —le recordó uno de sus hombres con calma.

—Ah, sí, tienes razón. Fue mala idea esa, debieron detenerme, ahora nunca sabré donde se oculta esa lombriz de pantano.

—Quisimos detenerlo, pero nos amenazó de quemar nuestras casas.

Slavik se quedó pensativo por unos segundos.

—Sí, respecto eso, era solo una broma. ¿Acaso no se nota mi buen sentido del humor? ¡Qué te calles! —vociferó al tipo que se estaba quejando para alzar el arma y nada más querer apretar el gatillo, hasta que su teléfono comenzó a sonar.

Lo tomó de mala gana de su bolsillo, hasta que vio el nombre y se alejó un poco.

—Hola, amor.

—Slavik, ¿dónde estás? —preguntó Mika —. Dijiste que ibas a llegar a las siete de la tarde y ya son las ocho.

Cerró sus ojos por haberse olvidado de eso. No estaba acostumbrado a las cenas familiares. Siempre se limitaba solo a comer con su madre y, saber que iba a estar Prasko con su Omega y el tío, no le daba mucha ilusión.

—Sí, ya estoy llegando. De hecho, ya veo las luces de la casa.

Al oír los gritos desgarradores, le dio una breve mirada a sus hombres con enojo.

—¿Qué fue eso?

—¿Qué cosa? Yo no oí nada, a excepción de los latidos de mi corazón que se aceleran al oír tu voz.

—¿Estás torturando a alguien? —lo escuchó preguntar con tono serio.

—No —respondió con naturalidad, mientras les hacía unas señales a sus hombres para que se detengan.

El gesto de pasar su dedo índice por su cuello, sus hombres lo comprendieron como que ya era tiempo de enviar al tipo con mamá coco. El sonido de los disparos retumbaron en el lugar.

—Tienes treinta minutos para llegar o mejor no llegues.

Observó la pantalla de su teléfono donde se marcaba la llamada como finalizada.

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora