La guadaña que oscureció al sol

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No había manera simple de describir lo que fué aquella batalla entre el guerrero y el enano. Fué una pelea violenta hasta el final, que hizo temblar los pilares de la tierra en donde ellos se encontraban en incluso hizo que el mismísimo día durase más horas de lo que se supone debió durar.

Por una lado, la magia del enano era un rato tipo de magia que casi nunca veían, y su arma era más que inusual: una larga guadaña de doble filo, con un alargado filo retorcido en la parte delantera y un filo más corto como de cuchillas saliendo de la parte posterior.

Por el otro lado se encontraba la magia de Balder, magia de la luz que se creía que no sólo era un regalo de los dioses, si no que en el caso del tercer mago más fuerte del gremio volador era un regalo del mismísimo sol, o la personificación del mismo.

El cuerpo de Balder se encontraba cubierto de tatuajes, como un círculo enorme con simbolos estamos y líneas laberínticas sobre su pectoral derecho, y otro similar pero más pequeño en el pectoral izquierdo que encerraba unas líneas curvas similares al cuerpo de tres serpientes pero ningún con cabeza. Nadie sabía cómo los había obtenido ni desde cuando los tenía, a excepción de Yūzai, Kirai y curiosamente, Astrid; sin embargo, el tatuaje más importante de todos lo tenia en su espalda. Era enorme y abarcaba toda esa área de su cuerpo, cubriendo algunas cicatrices de batallas pasadas. Se trataba de un árbol el mismísimo Yggdrasil rodeado por un brillante sol. Claro, tenía más tatuajes en sus brazos y en su torso, pero sólo éstos tres son dignos de mención, o al menos dos de ellos son sumamente importantes en éste capítulo.

Hacía ya más de 5 horas que estos dos estaban luchando, intercambiando golpes y recibiendo ataques. A pesar de los constantes gritos apremiantes del enano para que Balder tomara una espada o algún arma para defenderse, él se enfrentó a su enemigo con las manos desnudas y cubriéndose solamente con los brazaletes que cubrían sus brazos.

Zakharov: ¡usa un arma! -dijo jadeando con cansancio por la extenuante batalla.

Balder: creeme que no quieres eso -dijo de igual manera-. Ni yo tampoco.

Zakharov: maldito... ¿¡Cuanto tiempo más piensas mancillar mi Honor!? ¡No hay gloria alguna en una batalla en la que el rival está en clara desventaja! -se preparó nuevamente con su guadaña-. Te lo repito: usa un arma.

Balder: ya veo... Al no usar un arma te estoy lastimando aún más, pero de manera distinta-se prepara para recibir otro ataque-. No usaré ningún arma de metal, pero puedo usar algunos hechizos poderosos e imitaciones de armas hechas con luz en tu contra si eso calma tu conciencia de Guerrero.

Zakharov: al menos así no estarás en desventaja... ¡Adelante! -dijo saltando hacia Balder intentando cortarlo con su guadaña

El rubio hizó un movimiento brusco y repentino con el brazo, golpeando el filo de la guadaña con su brazalete y desviando el ataque hacia a un lado. Aprovechando la apertura, con su puño envuelto en una luz calida y cegadora le propinó un fuerte golpe en el costado derecho al enano justo debajo del brazo haciéndolo retroceder unos pasos.

Balder: en ese caso, pelea bajo tu propio riesgo -dijo tocando con su mano derecha el pequeño círculo que se encontraba en su pectoral izquierdo, comenzando a seguir el camino que dibujaban las curvas del Interior de dicho círculo con dos de sus dedos. Al momento de hacerlo, comenzó a recitar un hechizo en un lenguaje extraño-. Itagu, wuqiare, Satori: Apolo

Cuando terminó aquel extraño conjuro, señaló hacia adelante con sus dos dedos y de ese tatuaje salieron cientos de pequeñas esferas de luz que rodearon todo el campo de batalla.

Zakharov: ¿qué demonios...? ¿Qué es ésto? -dijo apuntó de tocar una de las esferas

Balder: "Esferas de Luz purificadora" es como se llama éste ataque. No haría eso si fuera tú, después de todo...

La ultima sombra de estos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora