En un mundo donde abundan la magia elemental; como el viento y las plantas para uso diario, la tierra para usos agrícolas, el fuego para los Caballeros, el rayo para la élite, el agua para los nobles, y la Sombra y la Luz para muy pocos; un chico qu...
El crujir de la pared de madera al ser arrancada de golpe hizo que el grupo entero se sobresalte. Al voltear a ver qué fué lo que lo causó, se encontraron cara a cara con un hombre vestido con ropa de una sola pieza, larga y holgada. Se trataba de una dalmatica, vestimenta propia de un diácono, solo que ésta era por completo negra con detalles morados aquí y allá y una estola de color violeta que iba desde el hombro derecho hasta por debajo de el brazo izquierdo.
Forêt: los niños bonitos no deben meter sus narices donde no les incumbe -dijo con una sonrisa extraña en el rostro-. Ya hablaron demaciado, gosses.
Las raíces, que eran de un verde sano señal de que eran fuertes y jóvenes, se movían como tentáculos e intentaron atravesar a los niños y a los presentes. Sin embargo, Hi levantó su mano con un rápido movimiento e invocó aquel escudo redondo que usó hace tiempo la vez que peleó con su hermano, solo que ésta vez era gigantesco, del tamaño de la pared arrancada. Las raíces chocaron contra el escudo y se retrajeron al no poder atravesarlo.
Hi: ¿ese es el hombre del que hablaban? -preguntó viendo a los niños.
Antes de que pudiera responder, más raíces entraron por la ventana de otra pared, atravesando otra pared más y derribando una tercera para atacar. Sin embargo, otros tres escudos iguales al primero aparecieron en cada lado, y otros dos, uno arriba y otro abajo, encerrando al grupo en un cuadrado protector.
Hi: "Templo Luxor" -dijo nombrando aquella barrera que tan fuerte iluminaba- lo lamento por ti, pero nada puede atravesar ésta Protección Divina
Forêt soltó una maldición y levantando los brazos y uniendo las manos como si estuviera orando, hizo que varias raíces de tamaño descomunal comenzarán a golpear sin piedad esa barrera. Sin embargo, por más que golpeara y golpeara, no hacían ni un simple rasguño en ninguno de aquellos escudos que alguna vez fueron la pechera de la armadura del Dios del Sol.
Ashley: ¿¡como nos encontró!?
Feuer: ¡Él es el diácono Forêt -dijo respondiendo a la pregunta de Hi y la de Ashley a la vez-, su magia es la magia elemental de las plantas! ¡Ha entrenado tanto su magia que puede por atravesar vez de las plantas!
Strahl: aparentemente las plantas se comunican entre sí, los árboles hablan con los arbustos, los arbustos con el césped y finalmente todo llega a sus oídos. Admito que hablarles de él en ésta cabaña en el bosque no fué mi idea más brillante -dijo algo avergonzado el niño.
Hela: Jefe, no me siento bien... -dijo la niña algo mareada aferrándose a la pierna de Yoru.
Sin embargo, el propio Yoru no se sentía bien tampoco. Él estaba inchado sobre una pierna sujetándose con fuerza él pecho, Jane estaba a su lado tirada en el suelo sin moverse mucho, Hades intentaba mantenerse en pie y Hanabi trataba de ayudar a su amo sin mantener el equilibrio. Isis estaba al lado del pelirrojo intentando ayudarlo, pero ella no se veía afectada por lo que sea que les estuviera pasando.
Yoru: ni yo -dijo con dolor.
Jacke: es el escudo -dijo viendo al adolorido grupo-. Está hecho de luz pura, tenerlos aquí mucho tiempo sería letal para ellos por ser seres de sombras.
Isis: ¡tenemos que sacarlos de aquí rápido! -dijo preocupada
Hi: ¡Lo sé! ¡Maldición, necesitamos una distracción!
Feuer: si me das tiempo de preparar un hechizo, pues hacer algo que nos dé un poco de tiempo -dijo la niña
Hi: de acuerdo, empieza. Isis, ¿tienes algún animal que haga túneles en la tierra?
Isis: algunos -respondió aún preocupada por Yoru
Hi deshizo el escudo del suelo dejándolos pisar el piso de madera.
Hi: lamento tenes que pedirles ésto, pues es lo único que les dejaron sus padres, pero necesito romper el suelo para que Isis toque la tierra
Strahl, sin dudarlo pero con dolor de hacerlo, levantó la mano en dirección a Isis y un rayo potente destruyó el suelo de madera a sus pies dejándo la tierra de los cimientos expuesta.
Hi: niña, comienza con tu hechizo, solo tendremos una oportunidad.
Más o menos entendiendo la idea de la rubia, la niña comenzó su hechizo mientras la mujer vaca tomaba un poco de tierra entre sus manos. Feuer acercó sus manos y las movió una sobre la otra como si tuviera una esfera invisible que le impidiera unirlas. Una pequeña chispa se formó entre sus manos y luego una pequeña esfera de fuego que fué tomando forma lentamente
Feuer: "Ave eterna que al perecer renace de sus propias cenizas, persigue a mi enemigo y que tus llamas lo consuman..."
La esfera de fuego fué tomando formala forma de un ave que se hizo enorme entre las manos de la niña. El calor que emanaba era muy fuerte, tanto que uno se podía quemar de solo estar parado a su lado.
Hi: ¿Listas? -preguntó a Feuer e Isis, a lo que ambas asintieron. Hi hizo desaparecer el escudo que los separaba de Forêt, y la niña concluyó:
Feuer: "... ¡Fénix!"
Feuer soltó al ave de fuego y ésta inmediatamente cobró vida, y se lanzó contra Forêt. Éste, sorprendido en un primer momento, se cubrió con algunas raíces pero éstas comenzaron a consumirse debido a las llamas. Por más que las raíces eran jóvenes y verdes, el fuego las devoraba como si fueran viejas y secas.
El ave Fénix volaba de un lado a otro sobre la cabeza de Forêt intentando atravesar su defensa, hastaq UE una gigantesca raíz lo aplastó y lo golpeó una y mil veces para extinguir su fuego. Una vez hecho eso, Forêt volteó a donde estaban sus enemigos pero no los encontró ahí. Solo encontró un enorme agujero en la tierra que conducía a una serie de túneles subterráneos.
Cuando se disponía a seguirlos e intentar entrar al túnel, las pocas cenizas que quedaron del Fénix se volvieron a encender para darle vida nuevamente al pájaro quien no dudó en lanzarse a atacarlo nuevamente.
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Nombre: Yūzai Oddin
Raza: desconocido. Aparenta ser humano, pero en realidad es... Bueno, ya llegaremos a ese arco algún día.
Estatura: 1, 64 mts
Edad: 25 años
Peso: 68 kg
Cumpleaños: 28 de febrero
Gustos: le gustaría que los magos de su gremio dejaran de llamarlo "papá". Quiere mucho a su única hija, Astrid, que como imaginaran por ser ella una niña-perro, es adoptada. Le encanta leer libros de diversos temas, y pasa su tiempo libre haciendo posiones y escribiendo runas con efectos varios
