Strahl y Feuer

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Leo se bajó levemente la armadura y se levantó la melena dejando ver una marca de mordida en su cuello.

Leo: Yo también estoy infectado.

La marca era profunda, se notaba que era reciente y que el que se la había hecho lo había mordió con ganas. También era negra, se notaba que era dolorosa y que un color negro intentaba esparcirse desde la mordida, pero cada vez lo intentaba volvía a concentrarse en ese lugar. Hi y los demás dieron un paso atrás ante una palabra de la rubia. Si algo le habían enseñado todas las películas y series de Zombies que vió en su vida pasada, era que ya no existía esperanza alguna para aquellos que fueron mordidos. Además, el propio Leo dijo que cuando un Zombie te mordía ya estabas perdido.

Leo: sé lo que piensan -dijo al ver la reacción del grupo-. Pero por favor, fíjate bien.

Sin esperar a que se acerquen nuevamente, sacó a relucir un collar que tenia puesto. El elemento clave de éste collar era una joya llamada Nudo de Brujas.

Leo: el Nudo de Brujas es un talismán contra la magia negra de las sombras y las cosas malas que intentan herir a su portador. Éste en particular fué bendecido por más de 30 sacerdotisas de varios templos de la Luz distintos, y por el propio mensajero divino de nuestra orden. Si me lo llegara a quitar, me volvería otro de esos monstruos de allá afuera.

Hi: ya veo... Como todo esto fué causado por la magia de un demonio, tiene sentido que eso te sirva de amuleto.

Isis: ¿qué deben hacer ahora, Yoru? -dijo mirando a su amor con ojos llenos de cariño.

Yoru: pues no entendí casi nada, en parte porque me distraje viendo un pajarito en la ventana, pero según entendí, lo único que tengo que hacer es dejar en matara  ese tal Nécromancien o dejarlo en coma para que todo se arregle -dijo tornándose los nudillos listo para luchar.

Leo: ja, niño, ¿en serio te crees capaz de derrotar a un demonio?

Yoru: ¿qué mejor para derrotsra  un demonio que un demonio más perturbado que el primero?

La sonrisa desapareció de los labios de Leo, y un ambiente tenso se presentó en el aire. Todos los pueblerinos los miraron fijamente, y ahí fué cuando Hi se dió cuenta de que su hermano había metido la pata hasta el Fondo.

Leo: chico... ¿Qué fué lo que dijiste?

Hi: ah, no quiso decir nada en particular con eso -se apresuró a decir para tratar de cubrir el error de Yoru.

Pero no sirvió de nada. Leo se puso de pie y dio un pard e pasos hacia el pelirrojo.

Leo: repite lo que dijiste -dijo casi como una orden

Yoru: bueno, es que es obvio -dijo sin darse cuenta de su equivocación-. Digo, es lógico que para matar a un demonio, si no hay ningún mensajero divino o lo que sea a mano, hace falta otro demo...

No pudo terminar su frase, pues Leo sacó su espada e intentó cortarle la cabeza. Pero Hanabi fué más rápida, y como aún estaba en su forma de espada en la mano de Yoru, se movió velozmente para levantar la Guardia y salvar la vida de su amo en último momento, chocando acero con oscuridad.

Leo: ¡¡¡DEMONIO!!! -gritó mientras los pueblerinos comenzaron a sacar trinches y antorchas, listos para linchar a aquel hijo de la oscuridad-. ¡¡SABÍA QUE ERAN COMPAÑEROS DE NÉCROMANCIEN!! ¡¡HAN VENIDO A INTENTAR DESTRUIRNOS!!

Yoru: ¿¡Qué!?

Ashley: ¡No, nada de eso!

Yoru: si bien destrui la mitad de un reino y arrasé con la otra mitad en un día, ¿por qué querría destruir este lugar?

La ultima sombra de estos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora