Ahora veamos el desierto. Ese lugar otrora hogar de mujeres, hombres y niños; ahora casa de monstruos y bestias por culpa de un desequilibradito.
En una de las muchas ruinas del desierto de las almas, se encontraba recostada una sirena jugando con sus dedos, mientras que un Minotauro la acorralaba con una mano en la pared. La bestia y la... Sirena, estaban cada vez más cerca, ambos emitiendo sonidos peculiares. La sirena muy sonrojada apartando su aceitoso cabello negro de su cara, dejando ver que, para sorpresa de todos, era muy bella. Ella cerró sus ojitos negros como la noche y estiró sus labios hacia adelante, el Minotauro se acercaba lentamente... Hasta que sobre ellos pasó una sombra enorme que los distrajo.
Ashley / Astrid: ¿Ya llegamos? -preguntaron una a cada lado de Yūzai
Yūzai: no. -respondió aun envuelto en aquella luz marrón.
Al lado de Yūzai, flotando y con la misma luz marrón, se encontraba un libro, más bien, un grimorio. Mientras él estaba sentado en una silla, leyendo.
Ashley / Astrid: ¿Ya llegamos?
Yūzai: no.
Ashley / Astrid: ¿Ya llegamos?
Yūzai: no.
Ashley / Astrid: ¿Ya llegamos?
Yūzai: no.
Ashley / Astrid: ¿Ya llegamos?
Yūzai: no.
Mientras tanto, en el Reino...
Hi: -volando con sus alas en su espalda- todo ese kilombo que se escuchó allá... Fijo es Yoru-nii
Jane: -sentada en la espalda de Jacke- "¿Kilombo?"
Jacke: -volando- a veces dices cosas raras, Hi...
Y en el castillo.
Yoru: "¿Espada sagrada Hera?"... Hera... Me recuerda a algo... Pero no sé qué...
Eurist saltó hacia Yoru con una estocada de su espada; Yoru alcanzó a cubrirse con Hanabi, y usó el impulso para saltar hacia atrás y pararse en la pared.
Yoru: ¿atacar a un chico cuando está distraído? Eso es bajo, incluso para tí.
Eurist: Mides como 3 metros, de chico no tienes nada -dijo otra vez poniéndose en guardia.
Yoru miró por un momento a Hanabi en silencio, luego dijo:
Yoru: si, tienes razón. Tómate un descanso, Hanabi. -dijo soltando su espada, la cuál desapareció.
Eurist: -pensando- ¿le acaba de hablar a su espada? -hablando-... ¿Vas a enfrentarme con las manos desnudas? Me subestimas.
Yoru: ¡nunca dije que no usaría un arma! -dijo saltando hacia Eurist.
Eurist se cubrió con la espada, listo para atacar, cuando de repente se escuchó un sonido de dos objetos metálicos chocando entre sí. Cuando el malvado rey levantó la mirada, vió como Yoru estaba deteniendo su espada usando dos hoces de mano.
Yoru: Hades: Recolector de almas, Gemelos.
Eurist: es un nombre bastante largo para unas armas tan pequeñas
Yoru: las nombré cuando destruí la mitad de tu Reino, no me fijé en los detalles en ese entonces -dijo en un tono un poco burlón.
Eurist: ¡maldito! -se quejó empujando con su espada a Yoru.
Yoru: -pensando- mierda... Éstos grilletes que me puso Hi limitan mi poder... Además, nunca he peleado contra un espadachín antes, y se nota que éste es bueno.
Eurist: Vas a pagar por haber asesinado a mis amigos. -dijo preparándose para embestir
Yoru: antes de continuar, te hago una pregunta. ¿De donde salió tu apodo de "Rey Caza-demonios"?
Eurist: ¿eh? ¿Te causa miedo? - preguntó arrogante - bueno, como estás apuntó de morir, te lo diré: mi título me fue dado... ¡Por haber cazado a 37 miserables como tú! - dijo finalmente saltando hacia él.
Yoru y Eurist comenzaron finalmente a luchar. Yoru atacaba una y otra vez de Má era errática a la par que defendía; mientras que Eurist atacaba y defendía con movimientos precisos y ágiles, lo que le permitió hacerle varios cortes a Yoru en la cara y los brazos.
Sin embargo, al estar Yoru en su modo demonio, la oscuridad lo curaba a un ritmo más rápido... Aunque eso no evitaba que sintiera dolor.
Yoru: ¡Entiendo que maten a un desgraciado como yo! - gritó en medio del intercambio de ataques- ¡Pero no hay necesidad de matar a niños inocentes solo por usar la oscuridad!
Eurist: ¡Callate! -gritó en respuesta - ¡Serán inocentes ahora, pero cuando crezcan van a ser la encarnación del peor error divino!
Yoru: ¡Eso no lo sabes! -gritó deteniendo la espada de Eurist con sus dos Hoces. - ¡Nadie puede saber lo qué pasará en el futuro, ni siquiera tú! - dijo viéndolo fijamente a los ojos.
Eurist pudo ver algo. Eran los mismos ojos... Una ciudad tranquila, un niño corriendo con sus padres. "Cuando crezca, ¡me quiero unir al gremio!" los padres felices de ver cómo crece su hijo, el cielo azul, las aves cantando y de repente...
El cielo rojizo, los gritos de la gente... Una ciudad en llamas, sus padres muertos, una enorme criatura de sombras con dos penetrantes ojos rojos...
¡¡¡SON LOS MISMOS OJOS!!!
Eurist: ¡¿Y TÚ QUÉ SABES?! - gritó iluminando su espada y empujando con gran fuerza, la suficiente para mandar volando a Yoru contra una pared.
Yoru estaba adolorido. Ese destello de la espada sagrada si que lo había lastimado... Pero no había tiempo para sentir dolor.
De entre el polvo, la figura del Rey se hizo presente. El constante sonido del filo de la espada siendo arrastrado por el suelo con cada paso de sus botas metálicas era incesante.
Eurist: tienes los mismos ojos... -dijo con un tono un poco molesto - sufrimiento... Sangre... Destrucción... Desgracia... En tu mirada se ve la maldad... Y yo voy a purgar esa maldad - dijo levantando su espada bañada en luz por sobre su cabeza - desaparece y deja de contaminar la tierra del Señor.
Fué lo que dijo Eurist bajando su espada con un movimiento violento, a la par de que un alarido de dolor de parte de Yoru se escuchó por toda la ciudad
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La ultima sombra de estos tiempos
FantasyEn un mundo donde abundan la magia elemental; como el viento y las plantas para uso diario, la tierra para usos agrícolas, el fuego para los Caballeros, el rayo para la élite, el agua para los nobles, y la Sombra y la Luz para muy pocos; un chico qu...