Arco de la serpiente (segunda parte) Basilisco contra Lerna

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Basilisco contra Lerna

Mientras Yamata y Lerna estaban cazando a los animales que creó Isis, también estaban buscando a Yoru y su grupo. Eurínome también los había perdido en el momento en aue Yoru los cubrió de oscuridad, por lo cual también los buscaba desde la cabeza de Ofión.

De pronto, la esfera de oscuridad que se había escondido en la tierra emergió y se deshizo dejando ver a nuestros protagonistas. No tardaron ni medio segundo en separarse e ir cada quién a su objetivo, tomandolos así por sorpresa.

Isis y Ashley se lanzaron contra Eurínome, atacandola y distrayendola usando su magia. Jane fué rápidamente hacia Lerna empuñando a Hades, y cortó otra de sus cabezas con un giro hábil solo para decir...

Jane: ay, se me olvidó :3 -dijo viendo como rápidamente dos cabezas más reemplazaban la que Jane cortó.

Yoru por su lado, de un salto llegó al lomo de Yamata y clavó a Hanabi en la espalda de aquella criatura, y dandole un giro al mango, el filo de oscuridad se extendió y llegó hasta el suelo, dividiendose y convirtiendose en una neblina negra que salia por debajo de Yamata y los cubria tanto a él como al monstruo, dificultando completamente la visión.

El reptil de ocho colas y cabezas dio un escalofriante rugido de dolor y se movió rápidamente apesar de su gran tamaño, sacudiendose de aquí a allá para quitarse a Yoru de encima. Sin embargo, entre más se movía, más fuerte clavava Yoru el filo de Hanabi en su espalda.

Además, en medio de la intensa niebla de oscuridad generada de Hanabi, se oía cierto sonido. Un golpeteo de ocho patas corriendo al rededor del monstruo y de Yoru. Resulta ser que incluso la araña gigante en la que estaban montados antes tenía un papel que desempeñar; pues mientras Yoru mantenía clavada a Yamata al suelo, dicha araña iba creando miles de telarañas de una manera que parecía ser al azar.

De un momento a otro, Yamata con una de sus cabezas volteó y le clavó sus colmillos a Yoru, volteó una vez más solo que hacía arriba y lo lanzó al aire. En el aire, mientras de sus heridas salía un humo negro que lo curaba, pudo ver como Jane peleaba con lerna quien ahora tenía 24 cabezas en total, y como Isis creaba más animales del tamaño de Ofión mientras Ashley forsejeaba con Eurínome en su lomo. Cada cual estaba en su propia batalla, y no podía permitirse perder. Sabiendo ésto cubrió sus brazos, piernas y caras de oscuridad activando su "modo demonio",  con todo y los cuernos, cola y cuatro ojos.

Bajo la luz de la luna Yoru alzó a Hanabi por sobre su cabeza mirando a los ojos inyectados en sangre de Yamata.

Yoru: ¡le voy a demostrar a esa mujer que sus serpientes no son las únicas venenosas! ¡Hanabi, Basilisco! -y con eso dicho se clavó el mango en el pecho y rápidamente el filo de oscuridad se convirtió en una gigantezca serpiente de tamaño similar a Yamata, completamente negra y con los ojos rojos.

"¿Basilisco?" preguntó la mujer vaca.

Hace unos minutos...

Todos estaban en aquella esfera de oscuridad siendo iluminados solo por la pequeña esfera de fuego creada por Ashley.

Yoru: Hanabi, ven conmigo, tengo una idea. Usaremos "basilisco".

Hanabi: entendido, amo. -respondió inmediatamente

Isis: ¿Basilisco? -preguntó la mujer-vaca.

Yoru: es una habilidad donde trngo que clavarme el mango de Hanabi en el pecho y atravesarme el corazón.

Ashley/ Isis: ¿eh? / ¿¡Como!? -preguntaron al mismo tiempo

Yoru: es necesario, pues basilisco es oscuridad viva. Al momento de tocar mi corazón, Hanabi se vuelve una parte de mi, permitiendome manipular libremente su oscuridad; literalmente nos volvemos uno. Es una de las pocas cosas que recuerdo de la vez que obtuve mi magia.

Actualmente, Yoru estaba cayendo en picada directo a esa nube de oscuridad en la que se encontraba Yamata girando y gruñendo. De repente, por sobre la nube se asoma una de sus ocho cabezas abriendo la boca lista para deborarselo, pero Basilisco se enredó rapidamente a lo largo del cuello de ésta cabeza y Yoru al caer, con sus dos brazos de oscuridad mantuvo abiertas las fauses de aquella cabeza.

Yoru: tal vez no pueda cortalas, porque te crecerán otras... -dijo mientras Hanabi clavaca sus colmillos en la yugular de dicha caveza y la inyectaba con su mortal veneno- ¡Pero esa no es la única manera de matarte, hija de puta! -gritó mientras sus brazos de oscuridad crecían y hacian fuerza para abrir aún más la boca del reptil, dislocando su mandíbula.

Yoru de un salto estuvo nuevamente en el suelo, mientras Basilisco dejaba de morder ese cuello, y la esaceza se tamabaleo un poco antes de desplomarse. Pero solo era una, aún quedaban 7 más.

Yamata se volteó como pudo y usando sus ocho colas como latigos comenzó a atacar a Yoru, quien esquivaba la mayoria de los ataques y con Basiliaco intentaba volver a morderla.

En uno de los múltiples ataques, el latigazo si logró alcanzarlo y lo dejó estampado contra el suelo.

La ultima sombra de estos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora