El diabólico diácono se encontraba frente a una mujer de la tribu de los hombres-bestia y a una pequeña niña que a su corta edad era la portadora del Titán de fuego. Su mirada reflejaba puro odio hacia aquellas dos insolentes que osaban intentar plantarle cara a él, un mago oscuro de categoría que ahora servia a las huestes de la oscuridad.
Ashley: ja, ¿segura que podrás seguirme el paso, niña? -dijo extendiendo su mano haciendo aparecer tres esferas de fuego: una azul, una verde y una morada.
Feuer: eso debería preguntarte yo a ti, hermanita zorro -fijo extendiendo su mano y generando una espada hecha de ardiente fuego para tomarla en su mano.
Ashley: me gusta tu estilo -dijo sonriendo y sin quitarle la mirada de encima al enemigo
Forêt: trompé, por más fuego que puedan usar, por más que sus llamas sean más ardientes que las llamas del mismísimo infierno, ¡Ustedes jamás podrán hacer arder las raíces de mi voluntad ni destrozar el bosque de mi alma!
Miles de raíces gigantescas salieron del suelo a sus alrededores y bajaron una tras otra para golpearlas hasta convertirlas en carne molida, o al menos esa era la intención.
Los hombres-bestia tienen la increíble fuerza, flexibilidad y agilidad de los animales, por lo cual Ashley de un solo salto ya se encontraba arriba de una de esas raíces saltando de una en otra para evitar así ser golpeada o caer bruscamente al suelo.
Feuer por su lado maniobraba el carruaje en el que iba mejor de lo que lo hubiera hecho es más esplendido atrida, dirigiendo a los caballos de fuego para que esquivaran todas las raíces que caían del cielo en todas las direcciones como si de lluvia se tratase. Cuando una de las raíces lograba golpear a uno de los caballos de la manada que la seguían a golpe tendido, éste se deshacía con su llama extinguida momentáneamente; sin embargo luego volvía más ardiente y más enojado que antes, justo como el ave Fénix.
Feuer: ¡El bosque de tu alma contra el fuego de mi corazón! ¡Veremos cual de los dos durará más tiempo! ¡O tu o yo, hijo del bosque!
Forêt: ¡o tú o yo, hija del infierno! -gritó extendiendo su mano hacia ella haciendo que de debajo de su túnica salieran aún más raíces que se dirigían a ella con la intención de atravesarle la cabeza.
Ashley: ¡No se olviden que yo también estoy aquí! -grito para lanzar las tres bolas de fuego que tenía en sus manos
Las esferas dieron de lleno contra las raíces, reteniendolas momentáneamente pero estas volvieron a avanzar. Fue entonces cuando Ashley cayó de pie al lado de Forêt y con el puño cerrado le dió un potente derechazo con toda la abrumadora fuerza de su raza, y ese extraño brillo rosado ya característico en los golpes que propina.
Forêt salió disparado por el golpe, cayendo a varios metros lejos de allí. Sin embargo, los golpes de las raíces que salieron del suelo no se detenían por nada en el mundo.
Ashley usó el mismo truco que usó contra Eurínome, se transformó en Forêt. La magia de Ashley le permite, entre otras cosas, transformase en quien quiera, y además de eso, copiar su magia a la perfección. Lo malo es que sólo dura unas cuantas horas y puede hacerlo una o dos veces por día si se esfuerza mucho, como es el caso ahora. Éste truco ya lo usó hace apenas unas horas en el bosque contra la pelirroja que tanto trabajo les costó vencer, y después de esta batalla estaba segura que no se podria mover en un buen rato.
Ashley: ¡Yo mantengo las raíces ocupadas! -dijo transformar en Forêt pero con su voz normal, para que Feuer la reconociera-. ¡Tú ve por el que habla chistoso!
La misma cantidad de raíces salieron del bosque y se enredaron con las que salieron del suelo, reteniendolas así temporalmente. Sin embargo, eso requería una gran cantidad de concentración.
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La ultima sombra de estos tiempos
FantasyEn un mundo donde abundan la magia elemental; como el viento y las plantas para uso diario, la tierra para usos agrícolas, el fuego para los Caballeros, el rayo para la élite, el agua para los nobles, y la Sombra y la Luz para muy pocos; un chico qu...