radical (28)

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[Maratón 2/3]

and i left a note on my bedpost
saying not to repeat yesterday's mistakes
that i tend to do when it comes to you
i see only the good, selective memory
the way you make me feel, yeah
you got a hold on me, i never met someone so different
oh here we go
you're part of me now
you're part of me
so where you go i follow, follow, follow

—Es muy bonita... como tú.

—Te compré una también.

Se la entrego y la forma en la que cambió su semblante es indescriptible, puso una cara de felicidad que me contagió de inmediato.

Verlo feliz siempre me va a hacer feliz a mí también, no importa si esa felicidad no es por mí, pero siempre me va a ayudar a ser feliz también. Su sonrisa es el motivo de mi sentir, mi razón de ser...

────   ☆ ────

Certeza sobre la salud de mi mamá, vergüenza y ganas de ver a mi papá son tres cosas que no tengo en este momento.

Fue un vuelo de casi cuatro horas, es obvio que estoy harta de todo y de todos, que solo quiero dormir 8 horas y que no tengo la menor idea de cómo está mi mamá.

Aunque tengo tres llamadas perdidas, dos son de mi tío y una de mi papá.

¿Cómo se supone que voy a sobrevivir a todo esto? Deberían de dar clases para saber cómo superar este tipo de situaciones o algo así... y si si las dieron ese día falté.

Nunca pensé verme en esta situación, con mi madre accidentada... lo que nunca, y con su único exmarido aquí, AKA: mi padre; que fue quien buscó a sus hijas en primer lugar.

¿Cómo supo que tuvo ese accidente? Quién sabe, pero el chiste es que está aquí... "apoyando".

Si me intriga y si me genera incertidumbre el saber cómo carajo supo que mi mamá tuvo ese accidente si se supone que venía llegando de Francia, o qué vino a hacer a Italia... pero bueno.

Decidimos pasar primero a mi departamento para dejar nuestras cosas y maletas antes de irnos al hospital, no tardamos mucho tiempo, el trayecto de mi departamento al hospital es relativamente corto, y de igual manera no tardamos mucho dejándolas.

Me costó un poco entrar al hospital, es raro estar aquí, y el nudo en mi garganta no tardó en hacerse presente en cuanto las llantas del carro pisaron el estacionamiento.

Cuando el carro está completamente detenido en uno de los cajones de estacionamiento reservados para familiares, Charles se baja, se da la vuelta, me abre la puerta y me ayuda a bajar del auto, me tardo un poco en hacerlo, debido a que no sé qué tanto me va a afectar, pero cuando estoy completamente abajo, Charlie se da cuenta de mi inquietud y me toma de la mano, su pulgar comienza a hacer círculos sobre mi piel.

—No sé si estoy lista, mi amor.— me atrevo a decirle.

—Lo estás, princesa. Solo necesitas tiempo para asimilarlo. Es obvio que estás así de desconcertada porque no estás acostumbrada a que te pasen este tipo de cosas.— da un beso en la punta de mi nariz antes de que comencemos a avanzar.

Destinados a ser / Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora