mon amour (65)

302 20 17
                                    


Actuality

Si no mal recuerdo, la última vez que sentí sus besos en mi espalda como forma de despertador fue en aquel hermoso viaje (que si me preguntan, repetiría mil veces más con tal de volver a sentir toda esa felicidad e incertidumbre de lo que pasaría) en el que me pidió matrimonio... y pues hoy, después de tanto tiempo, al fin se dignó a hacerlo de nuevo. Sus costumbres dejaron de ser costumbres por un laaargo tiempo, como si ya tuviera la certeza de que soy suya para siempre -y que él es mío también- y no cree que haya necesidad de "marcar territorio" con una acción como esa. Mi nombre seguido de su apellido lo demuestra.

Siento un poco más la temperatura ambiente de la habitación en la espalda, así que asumo que levantó la tela de mi blusa de pijama para que no le estorbara... Sus labios recorren mi piel desnuda como si no fuera una tarea difícil para él (que creo que no lo es).

Lo sabe desde hace muy poco, pero la noticia de que vamos a ser papás le cambió el ánimo y el humor hablando en todos los sentidos posibles. Desde que se lo dije lo he visto más animado, feliz, motivado... todos los adjetivos buenos con los que se pueda describir a una persona son solo para describirlo a él.

Tampoco es mentira que me ha tratado como una princesa desde entonces y estoy consciente de que probablemente sea esta su forma de hacerme saber lo mucho que le emociona la idea, aunque sea un gesto mínimo que antes solía hacer prácticamente diario. Las cosas cambiaron. Él cambió. Un bebé nos cambió a ambos. Y no puedo estar más feliz de que las cosas hayan sido así.

Ahora es cuando me doy cuenta de que realmente, nada de lo que pasó entre nosotros hace tiempo fue en vano, así haya sido bueno, malo, ninguno de los dos... simplemente todo momento vivido valió la pena, porque de una u otra forma eso fue lo que nos trajo a presenciar lo que estamos viviendo en este momento...

Cosas que tal vez, solo tal vez pudieron haber pasado de igual forma incluso sin tanto sufrimiento, sin habernos separado, sin haber conocido a otras personas en el proceso y con eso hacer el intento de ser olvidarnos mutuamente, pero al parecer, hipotéticamente nuestras vidas son como el escribir un libro es para mí; que como en todo, hay altas y bajas, buenas y malas, momentos en los que te bloqueas y de plano no sabes cómo seguir o lo que se supone que debes hacer para seguir y seguir y seguir.

Momentos en los que solo deseas volver a lo que estabas acostumbrado y deshacerte de ese bloqueo escritor que se apoderó de ti... O regresándolo a la vida, simplemente volver a ser uno con esa persona.

Aprovecha la posición en la que me encuentro; de espaldas a él y acostada de lado sobre el colchón para pasar su mano estirada por mi piel hasta llegar a mi vientre. Estando ahí hace un par de cariñitos hasta llegar a dejarla estirada sobre él lo más que pudo, sin dejar de moverse repentinamente.

Comienza por mi cuello hasta ir bajando lentamente hacia los tirantes de mi blusa. Besando mis hombros y la pequeña fracción de piel en la parte trasera de mi cuerpo.

En repetidas ocasiones lo siento besar el lunar posicionado sobre mi espalda, jugando con el pequeño relieve que tiene y entreteniéndose un momento con él.

Le doy señales de vida despierta en mi cuerpo poco después, con un pequeño suspiro y un movimiento ligero de mi mano hasta llegar a la que tiene sobre mi abdomen, acariciándola y sintiendo el calor de su piel inundando las yemas de mis dedos.

—Buenos días, mi amor...

—Buenos días, Charlie.— me giré lentamente para poder ver su rostro frente a frente al mío. En ningún momento quita la mano de mi abdomen, al contrario de esto, solo la hace a un lado al bajar para dejar un tierno beso sobre mi ombligo, rodea toda mi cintura y después besa mi hombro.

Destinados a ser / Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora