a glimpse of us (68)

227 17 5
                                    


[Maratón de cierre 1/3]

(31/05/24)

Desde que regresamos de comprar mi respectiva paleta y helado, nos recostamos sobre la cama y pusimos nuestra serie favorita mientras los comíamos. Por cosas así, por planes como estos son por los que mataba solo con tal de tener en algún momento de mi vida... y no pude pedir a una mejor persona para que los pasara conmigo. Simplemente algo como esto; ver la televisión mientras comemos helado, salir al parque más cercano solo a caminar y ponernos al día aunque ya sepamos absolutamente todo del otro o el hecho de que estamos esperando a nuestra primera hija... Son cosas que muchos pueden ver como mínimas o incluso insignificantes, exageradas, etcétera... pero no las cambiaría por nada en el mundo.

Son mi tesoro más preciado. Ellos. Mi hija y el chico que conocí el mismo dia en que naci; o sea hace casi 26 años... y que sin saberlo, años después empezaría a gustarme, dejaríamos de frecuentaros mucho tiempo sin que me dejara de gustar, que regresara a Maranello meses antes de que se cumplieran los 15 años y que poco después, se convirtiera en el amor de mi vida.

Toda la vida he creído que él es mi hilo rojo, porque por más cosas malas que pasemos, volvemos a acortar ese hilo hasta entrelazarnos y volver a ser siempre lo mismo.

Cuando Charles se acabó su helado, se acercó para quedar acostado justo a mi lado y puso una mano en mi vientre. Eso tambien me gusta, que a pesar de tener una cama enorme siempre terminamos en medio de ella, dejando abismos a los lados de cada uno... fácil podríamos dormir en una cama individual y no habría problema alguno con caernos por eso mismo.

—Arañita, arañita, arañita.— dijo poniendo los cinco dedos sobre él y abrió y cerró la mano, haciendo exactamente el movimiento de la arafita que suele hacer en mi cada noche, para después dejar un camino de besos sobre mi piel. Acaricio su cabello y lentamente paso esa misma mano por su cuello, meterta a su playera hasta llegar a su espalda y moverme ahí también. Sé cuánto le relaja que lo haga —Ya la quiero conocer...

—Ella a ti.

— Cuando éramos pequeños, te vi nacer, aunque no lo recuerde porque tenía justamente un año, pero llegaste a mi vida estando muy, muy chiquito. Y por ejemplo:
¿recuerdas cuando con Carlos nos escondimos de nuestros padres?

—Sip.

—En ese momento, solo quería protegerte. Fue una broma inocente, pero de todos modos me prometi y le prometí a Jules, a Carlos y tus padres que te cuidaría hasta el último día de mi vida. Y claramente, aunque eso fue lo que me propuse, no se me pasaba por la cabeza que esa promesa llegaría a durar tanto tiempo... al grado de que esto fuera a pasar. Que estamos en nuestra casa, a pocos días de conocer a nuestra hija...

Sonreí.

Cuando nos dio sueño, Char apaga la televisión y regresa para acostarse en mis mustos, justo debajo de mi vientre y yo llevo la mano de vuelta a su cabello para arrullarlo y al fin quedarnos dormidos.

Y lo hice, hasta que me despierto en medio de la noche, con un dolor inmenso. No pasan de las seis de la mañana.. lo sé porque no hay nada de luz natural. Y el dolor es tan fuerte que no me queda opción más que
despertar a Charles.

No sé en que momento se acomodó para acostarse junto a mí y levantarse de mi regazo, pero el chiste es que se ve demasiado comodo para despertarlo...

Lástima que no tiene opción, por muy mal que me sienta de interrumpir su preciado horario de sueño es lo que necesito hacer si quiero que tanto mi hija, como yo salgamos bien de esta situación.
—Amor.— toqué su brazo en repetidas ocasiones para ver si lograba despertarlo, con la esperanza de que eso fuera suficiente, pero al ver que no lo logre, repito esta acción y al mismo tiempo me senté sobre la cama —Charles.

Destinados a ser / Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora