Al llegar a nuestro departamento de nuevo, lo único en lo que pude pensar fue en que esta será nuestra primera noche después de enterarnos de que ahora mi bebé ya puede patearme y escuchar lo que le decimos... Me queda claro que escucha a Char desde hace ya tiempo, pero nunca, jamás había pateado, eso fue precisamente lo que me hizo caer en cuenta de que no es un sueño ni algún tipo de broma de mal gusto que estoy embarazada y que es de él. De hecho me hizo volver a la realidad y darme cuenta de cómo son las cosas en realidad.Y en eso de lo que hablaba Charles con Carlos esta mañana. Yo sé que probablemente no sea algo malo por la forma en que Carlos no le dijo ni un solo insulto fuera de lo que normalmente suele decirle, pero de todas formas me da curiosidad saberlo, porque si, Charles ha estado un poquito raro ahora que lo pienso. No tanto como hoy, pero lo ha estado.... y definitivamente más de lo que me gustaría admitir.
Y no puede culparme por haber escuchado una conversación que no debía, pero es que tampoco es como que haya querido, sino que el sonido del vaso de vidrio cayéndose y rompiéndose fue suficiente para despertar a mi mente. Repito: a mi mente, no a mi cuerpo, porque si no, me habría parado desde que eso pasó, pero estaba tan concentrada en seguir durmiendo que ni siquiera me preocupé en preguntar o indagar acerca de dónde provino ese sonido tan fuerte. Y eso no me vuelve una mala persona, simplemente estoy esperando a una bebé.
—Que preciosa te ves.— me dice al darse cuenta de que estaba esperando por él, acostada de lado en la cama, con el peso de mi cabeza recargado sobre mi codo en el colchón, la otra mano sobre mi vientre y las piernas cruzadas.
Es experto en ponerme nerviosa y en hacerme sonreír... ah, y también en otra cosa, pero eso ya no es apto para todo público.
—No tanto como tú.
—Estoy en pijama, ¿sabías?
—La ropa no siempre es motivo para hacer lucir bien a la gente... aunque bueno, he de confesar que verte con camisas es mi debilidad.
—¿Ves cómo sí?
—Depende quién pregunte.
Rió.
—¿Viste que me quedé platicando con Checo y Carola cuando te subiste al carro?
—Si, estaba a punto de ir y decirte que te extrañaba y por qué tardabas tanto.
Sonrió.
—Es que estábamos platicando justamente de que nos invitaron a Puerto Vallarta para lo que nos queda de vacaciones, amor.
—¿En serio?— asintió.
—Max, Kelly y P igual irán. Y Carlos me dijo que también invitaron a Isa y a él....
—Checo con batería social me cae todavía mejor.
Soltó una risita.
—A mí igual... pero, ¿qué dices? ¿Eso es un "si"? ¿Vamos? ¿Quieres ir?
Asentí frenéticamente.
—Me hacen falta unas vacaciones de casa... bueno, creo que no solamente a mí. Y de todos modos, todavía falta poco menos de un mes para que termine el winter break, nos vendrá bien salir y estar con nuestros amigos, ¿no crees?
—Además es México. Tú amas México con todo lo que eres... se me habría hecho raro que dijeras que no y te leí la mente, así que... ¿me perdonas si te digo que ya les dije que si incluso antes de preguntarte?
Solté una risita.
—Si, Char. Te perdono por conocerme tan a la perfección como para saber de antemano mi respuesta tiempo antes de siquiera preguntarlo. Eso me hace saber todavía más del maravilloso ser que eres.— besé al punta de su nariz antes de que se pusiera de pie para encaminarse al armario para poder cambiarse la ropa a pijama. En cuanto llega, escuché que gritó algo que no pude entender, pero sé que fue en italiano —¿Qué?— lo repite, pero sigo sin entender... no sé si sea porque de plano estoy sorda o porque no lo dice lo suficientemente fuerte y claro como para que le entienda —Charles, no te entiendo.
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Destinados a ser / Charles Leclerc
FanfictionGiselle Vasseur, quien se ve obligada a cambiar su identidad con tal que no ser reconocida, como su nombre lo indica; es la sobrina de Fred Vasseur y llega a trabajar en Scuderia Ferrari en la fórmula uno gracias a que su tío la ayudó a conseguir un...