i missed you (56)

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Al llegar al restaurante en el que tendríamos nuestra cena y ordenamos, tuve un pequeño debate con mi propia mente... bueno, ni tan pequeño ahora que lo pienso.

¿Necesitan saber? Si, eso es un hecho y lo sé.

¿Lo van a saber en algún momento? Si, también...

Pero también, si no les digo nada no creo que sospechen o pregunten. Y tengo razones para decirlo:

1: No nos vieron juntos, Charles se fue antes de que yo llegara con Max y creo yo que no se vio para nada sospechoso y que la única persona que realmente nos vio fue Max.

2: Tiene tanto tiempo que no les cuento de una interacción mía con él que va a ser menos probable que se den cuenta.

3: ... no hay tres.

Pero también me conocen... y si, me metí en un problema muy grande.

Por eso mismo, decidí que si es buena idea decírselos y que se enteren por mí. Char no tiene ningún problema con eso, así que...

—Chicas.

—¿Mmm?— tararearon al unísono.

—Tengo que decirles algo...

Algo que no les he dicho todavía, pero que detonó que me hicieran todas estas preguntas...

—¿Te vas a casar?

—¿Estás embarazada?

—¿Matthew ya cometió su respectivo error de hombre?

—¿Ya se decidió a dar el siguiente paso?

—Eh... no. Regresé con Charles.— las interrumpí antes de que pudieran decir otra cosa.

—¡¿QUÉ?!

—Si...

—¿Pero cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

—Hoy... pero hemos estado en contacto desde hace unos días.

—Pero... no estás bromeando, ¿o si?

Negué con la cabeza.

—No...

—Giss, todo el maldito mundo cree que ustedes se odian a muerte porque ni siquiera se hablan... ¡¿y ahora nos sales con que ya regresaron?!

—Sorpresa.— rieron.

—Eres todo un caso...

—Cero que no te podemos dejar sola ni un minuto porque haces cada cosa...

Reí.

—No me culpen... lo extrañaba demasiado como para rechazar semejante propuesta...

—No te estamos culpando, Giss... sabes lo que haces y eso es suficiente para nosotras, siempre y cuando nos asegures que estás cien por ciento segura... que yo sé que si, pero creo que ambas necesitamos saber si vas a estar bien con esa decisión, ¿verdad, Kika?

Asintió.

—Sabemos que lo amas y lo extrañaste, pero... cualquier cosa puede pasar, y no queremos volver a verte así de mal y muchísimo menos por un hombre.

—Lo sé... lo prometo.

—Prométetelo a ti misma, Giss... nosotras vamos a estar ahí pase lo que pase, pero tú ya no te debes eso.

—Si... lo sé.

—Pero estoy muy feliz por ti, Giss... creo que Kika y yo sabemos lo mucho que sufriste por no tenerlo a tu lado en ese momento tan difícil. Me da gusto que al fin hayan podido solucionarlo.

Destinados a ser / Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora