set fire to the rain (48)

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[Maratón 2/4]

just stop your crying, it'll be alright...

—Te entiendo perfectamente. Estabas herida y necesitabas distraerte, encontrar la forma de hacerlo...— asentí —A veces me pregunto, ¿qué es lo que hubiera pasado si hubiésemos logrado tener algo más? Pero poco a poco me doy cuenta de cómo son las cosas en realidad y que no vale la pena lo mucho que me atormento con tus recuerdos cada noche.

—¿Por qué no vale la pena?

—Porque ambos estamos con nuestro primer intento de olvidarnos... bueno, al menos tú. Y como dijo Pierre; es cuestión de tiempo para que volvamos a estar juntos.

—Eso creo, pero cuando logramos dar un paso retrocedemos tres... y así no le veo futuro a esto, no cuando no sabemos resolver este tipo de problemas.

—¿Nos ves juntos en el futuro? ¿Cuando después de toda esta tormenta que estamos viviendo pueda salir el sol?

—Si, no, no lo sé... tal vez.

—¿Por qué tan dubitativa?

—Porque si seguimos así esto nunca se va a arreglar.

—Lo sé... y lo siento demasiado por eso.

—Ya te lo dije, logramos acercarnos y siempre algo nos aleja.

Resopló.

—¿Si te digo algo... prometes no enojarte conmigo?

—¿Qué tan grave es como para que pienses que voy a enojarme contigo?

—Puede que lo sea... y lo hago porque de tu boca nunca va a salir, nunca me lo vas a decir tú?... Supe todo lo que te ha dicho Alexandra, bonita.

—¿Tu novia?

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no es mi novia, mi amor? Ya te dije la razón por la que finjo estar con ella.

—Si vienes a disculparte en su lugar mejor paso.— dije intentando ponerme de pie.

—O bueno, no exactamente lo que te ha dicho, pero si.

—¿Quién te dijo?

—Eso no importa ahora, bonita... ¿por qué no me habías dicho?— voy a ignorar que ahora una de sus manos acuna mi rostro y la otra está posicionada encima de mi muslo.

—Porque... Charles no lo sé, no quería causar problemas. Tu novia es ella ahora, yo ya no lo soy.

—Pero quiero que seas tú siempre.

—Eso debiste haberlo pensado antes de todas esa veces que mandaste a la mierda cada que intentaba hablar contigo para solucionar todo lo que había pasado o al menos vivir todo nuestro duelo, pero juntos.

—A estas alturas la frase que más me he repito a mí mismo desde Singapore es que soy un completo desastre sin ti, y que por eso soy un pendejo, un estúpido, un idiota y todo tipo de insultos que se te vengan a la mente en este momento. Claro que me arrepiento, porque por mi maldita culpa ya no estás aquí conmigo... y ya no soy afortunado de tenerte, ahora es alguien más...

—Pudo no haber sido así. Podría no serlo...

—Lo sé. Lo sé perfectamente y te juro que no estoy para nada orgulloso de que hayan pasado así las cosas, bonita. Pero permíteme demostrarte que puedo cambiar y que verdaderamente podemos volver a ser los mismo de antes.

—Estoy con Matthew y la gente cree que tú estás con ella...

—Exacto, cree.

—Pero siento que yo sí tengo algo con Matthew.

Destinados a ser / Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora