CAPITULO 5

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NARRA NOA

Dos semanas después.

Rusia.

Ataco una y otra vez al hombre que lucha contra mí, hacía tiempo no tenía un contrincante, es muy divertido.

—Eres rápida. — dice el hombre cayendo exhausto al suelo.

Eso dicen. — bufo limpiando el sudor en mi frente con una toalla.

Se pone de pie y mira su reloj.

Ya es hora de la misa. — dice serio.

—¿Eres un sacerdote o no? — pregunto antes de que se vaya.

Regresa y da un golpecito sobre mi nariz mientras respira agitado y a la vez se sigue limpiando el sudor en la frente.

—Siempre quise ser sacerdote. — dice agitado viendo mis ojos. — pero tengo la maldición de los Greco, se espera que sea el siguiente líder. — sonríe.

Así que, solo disfruto de mis últimos días como uno. — habla mientras camina a la salida.

—Y espero que cuando concluya mi tiempo como sacerdote, te pueda llevar a ti, como mi prometida. — sentencia con una sonrisa chueca.

Ya no volvió a realizarme insinuaciones, solo es lindo...

Novicia Durtschi, no llegue tarde. — bufa y se marcha.

Su personalidad me trae muchos conflictos internos. Alto, de ojos verdes, con una sonrisa perfecta... hace que mi corazón palpite. Tenerlo como compañero de entrenamiento no ayuda mucho que digamos, verlo todos los días, sudoroso y con la sonrisa más estúpida y linda que han visto mis ojos en los últimos cinco años no es algo muy conveniente.

Salgo corriendo después de ducharme y ponerme mi habito, mientras se escuchan las primeras campanadas anunciando que la misa está por iniciar. Logro llegar a tiempo antes que las puertas de la iglesia se cierren.

Casi no lo logras. — me susurra Dulce cuando me siento a la par suya.

—Shhh. — hago señas para que se calle.

Todas escuchamos en completo silencio el sermón del sacerdote, no importa como lo mire, el traje de sacerdote le queda perfecto, no he podido dejar de mirarlo durante toda la misa.

Tiene labios carnosos, se nota que le sale barba, y si no me equivoco la afeita todos los días para que no se le note, sus manos son grandes, apuesto a que tiene unos veinticinco años. Noto que por lo menos los sermones si los sabe dar.

<<Porque en cuanto a lucha se refiere, siempre termina en la lona.>>

— 1 Reyes 3:5—12; Salmo 119:129—136; Romanos 8:26—39; San Mateo 13:31—33, 44—52. — Dice el sacerdote Máximo.

La Biblia nos enseña que la esencia de Dios es su amor, misericordia y justicia; también nos dice que la sabiduría es saber vivir de acuerdo con su querer y pensar. Así, entonces, ser sabio es vivir la vida orientada hacia el amor, en misericordia y justicia. Si quienes decimos creer en Dios, en el Dios bíblico, tuviéramos esto siempre presente, podríamos decir que nuestra vida sería una construcción fundada en la sabiduría. — Habla casi concluyendo la misa.

Hemos escuchado seis parábolas. Bastaba una para entender la profundidad, la hondura real que Jesús quiere transmitirnos a través de su enseñanza. Sería ideal que tomáramos siquiera una de estas parábolas, aquella que más familiar nos resulte (semilla de mostaza, levadura, tesoro escondido, perla fina, red, lo nuevo y lo viejo), la leyéramos y la releyéramos dejando que penetre lo más profundamente en nuestras vidas, intentando sentir que es el mismo Jesús quien nos la propone hoy, para nuestra realidad. — Dice cerrando la biblia.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora