CAPITULO 64

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NARRA NOA

Se me revuelve el estómago solo de escuchar a Ethan decir que se casaran con Dulce. Por ahora no tenemos otra opción.

Admitimos que sentimos un profundo amor hacia Noa, con Dulce a nuestro lado, eso desaparece, porque es ella a quien le brindamos la atención. — dice Sai.

Si nos permiten casarnos con ella, estamos seguros que con el tiempo eso desaparecerá, es lo más cerca que hemos estado en diez años de intentos fallidos. — comenta Ethan.

Se casarán en quince días y se irán de mi casa. — sentencia mi padre. — no podrán acercarse a Noa después de eso, tienen prohibido pasar tiempo a solas, tienen prohibido salir juntos. — ordena.

Después de la boda se irán a vivir a Croacia y no regresarán, a menos que sea por fiestas conmemorativas. Y aun después de nuestra muerte, tendrán prohibido vivir en la misma ciudad que Noa. — sentencia y me duele el corazón.

Padre, no es necesario, todo ha quedado en el pasado. — suplico.

—Tus suplicas son más que evidentes. — señala severo. — Se casan en veinte días y se marchan a Croacia, manejaran los negocios en ese país. — ordena poniéndose de pie.

Espero no tener que repetirlo. — gruñe. — y traiga al alemán ante mí. — gruñe hacia los gemelos.

Trago el nudo en mi garganta, Etai y los gemelos suben las escaleras y mi tía y tío se marchan en silencio. Giro y me abrazo con mucha fuerza al pecho de mi madre.

Mi niña, todo está bien. — habla tenue correspondiendo mi abrazo.

Mami, yo no quería. — confieso llorando.

Lo sé mi amor, lo has hecho bien. — palmea mi espalda mientras me abraza con fuerza.

Deja que tu madre se haga cargo, debiste decírmelo mucho antes, ¿no confías en mí? — pregunta.

—No quería que me odies, somos fenómenos. — lloro abrazándola con fuerza.

Sé que lastime a mi madre para defenderlos, no quería lastimarla, por ellos hago y siempre hare todo. Porque ellos son todo para mí.

Son mis hijos, mis preciosos y amados hijos. — dice acunando mi rostro con sus manos. — ¿estarás bien? — pregunta.

No lo sé. — confieso. — mami, lo he intentado incontables veces, te prometo que fui al convento por ellos, no quiero sentir esto, no lo puedo evitar. — dejo salir.

—Perdón mami. — digo con el corazón en la mano.

—No tengo nada que perdonarte hija mía, perdóname tú a mí, por no darme cuenta de lo que sucedía. — dice.

Noto su voz entre cortada y su pecho agitado, su respiración es pesada y es justo cuando recuerdo, porque he protegido tanto a mi madre.

Mami... yo... yo exagere un poco. — digo abrazándome a ella. — no te sientas culpable mami. — digo incapaz de seguir dañando a mi madre.

Después de todo, soy lo que soy por ella, es mi madre, mi ángel de la guarda.

—En el kínder, solo intentaron abusar, no fue literal. — digo y parece que su pecho deja de estar tan agitado.

Mami, por favor, no pienses cosas malas, no eres culpable, eres la mejor mami del mundo, no hagas lo del bunker por favor. — pido en pánico. — el perro negro, no permitas que vuelva. — suplico.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora