CAPITULO 39

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NARRA NOA

Rusia.

Dentro de la oficina que ocupa Máximo en el convento... mientras él me penetra vigilo atentamente la puerta.

—¡aaagh! ¡joder! ¡Max! Nos van a descubrir. — gimo mientras permanezco embrocada sobre el escritorio.

Si sigues gimiendo así de fuerte, seguramente. — gruñe en mi cuello y empuja duro su miembro.

Me tapa la boca con una mano y me embiste con demasiada fuerza provocando que el escritorio se mueva, por instinto pongo atención y escucho la voz de la madre superiora a lo lejos. Doy varios golpes en el brazo de Max y me alejo, me subo las bragas y corro a colocarme de pie detrás del escritorio y a la velocidad de la luz se sube el pantalón y agarra la biblia para taparse la erección.

Reza diez padres nuestros. — dice y justo la puerta se abre. — y cinco aves María. — dice serio como si nada.

Mientras intento respirar con normalidad y a causa de eso me duele la garganta. — si padre Máximo. — digo agachada mordiéndome el labio.

Ya puede irte hija, no necesitas confesarte más este mes. — dice serio.

Agarro su mano y le doy un beso sobre ella en señal de devoción y casi me muero de la risa porque con el movimiento lo hice levantar la mano con la que sujetaba la biblia. ¡jajajajaja!

—Madre superiora. — digo al verla de pie en la puerta.

Me alegra que te estés confesando seguido. — dice con una sonrisa. — cumple tu penitencia y tomate la tarde libre. — dice y noto que está acompañada por otro sacerdote, de avanzada edad.

Salgo de la oficina y me dirijo a mi habitación... ¡casi nos descubren por quinta vez en el mes! Gracias a que Dulce no está Máximo aprovecha el tiempo para torturar a mi vagina.

En este último mes, nuestra relación parece ir mejorando, Máximo es un hombre muy atento, cariñoso y amable, me hace reír y olvidarme de todo, alegra mi corazón y tal como él lo dijo, ha eliminado la tristeza de mi alma.

Paso el resto de la tarde planeando como le diré a mis padres que soy novia de Máximo, estoy segura que mi padre pegara el grito al cielo y ya solo tengo siete meses para esconderme en el convento.

Ahora ya no importa si Etai se casa o no, con Máximo a mi lado, no podrán acercarse a mí ni yo a ellos, ya no temo regresar porque me siento segura gracias a Máximo, él me da la seguridad que necesito.

Escucho que tocan la puerta. Me levanto de la cama y abro la puerta. — ¿Qué haces aquí? — digo bajito y sin esperar se cuela a mi habitación.

Si te descubren estaremos en problemas. — le digo a Max.

No dice nada solo me acorrala contra la pared y me besa robándome todo el oxígeno. Mi lengua juega con la suya mientras permanezco pegada a la puerta, mueve su mano y le pone seguro a la puerta.

Camina conmigo hasta llegar a la cama, me lanza sobre la cama y se monta sobre mí. — Max. — digo contra sus labios.

Dejamos algo pendiente. — dice levantándome la falda del habito. — quiero follar a mi mujer toda la noche. — dice y muerde mi oído.

—¡aaahg! ¡Máximo! — gimo al sentirlo penetrarme.

—¡Shhh! — dice y me tapa la boca. — ahora si puedes gritar. — susurra embistiéndome duro.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora