CAPITULO 21

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NARRA TASSIA

—¡Como pudieron! — miro a Ethel gritarles.

Noa se muerde el labio... señal que se está aguantando la risa. ¡esa mocosa!

—¿Dónde estaban? — gruñe mientras Damien la sostiene en silencio.

—En el bosque. — dice Noa.

—¿En el bosque? — gruñe Damien.

—Padre, no es nuestra culpa que tengas gente tan inepta. — le dice Noa altanera. — Por cierto, la moto es mía. — dice y Damien mira a los otros dos y solo alzan los hombros.

No puede ser cierto. — dice Luka. — no tienen rasguños, tienen la ropa limpia, y no se miran desnutridos. — dice analizándolos.

En efecto se miran muy bien, como si no hubiesen estado perdidos poco más de cinco días. No se miran desvelados, ni tienen señales de haber dormido mal, se ven frescos como una lechuga.

—Eso es porque desde ayer dormimos en nuestras habitaciones. — bufa Sai y Noa le da un pisotón que soporta muy bien.

—¡Llegaron desde ayer! — les grita Ethel. — ¡Estarán castigados por el resto de sus vidas! — amenaza.

—Somos adultos, no nos pueden castigar. — dice Noa.

—¡Los dos no vuelven a Suiza! — dice señalando a los dos gigantes. — y tú ¡no vuelves al convento! — gruñe hacia Noa y sale dando zancadas a las habitaciones.

—Madre, no exageres. — dice Noa detrás de ella. — Nos corriste lo olvidas, solo te obedecíamos. — dice.

<<Señora manipulación al rescate como siempre.>>

Noa sigue caminando detrás de Ethel mientras Damien mira a sus hijos con los brazos cruzados.

—¿En el bosque? — les gruñe serio.

—Sí. — dice Sai.

—¿en qué parte? — pregunta serio.

Lado norte. — dice.

—¿Cómo sobrevivieron a la tormenta? — pregunta.

Gracias a una ardilla. — dice Sai.

—¿Una ardilla? — gruñe.

Sí, una ardilla. — dice sarcástico Sai.

No me intenten engañar, no estaban en el bosque. — dice enojado.

Padre, olvidas que somos tus hijos. — dice Ethan.

—¡Como pudieron exponer a su hermana de esa manera! — alza la voz... aquí vamos.

—¡Tienen idea del peligro que corría! ¡porque se la llevaron! ¡si se iban a encaprichar debieron dejarla! ¿creen que merece pasar una noche tan mala en un bosque? — alza más la voz.

<<Y resulta que la princesa de Damien no puede tocarla ni el pétalo de una rosa.>>

—¡Son unos irresponsables! ¿¡así fue como los educamos!? ¿Qué confianza voy a tener de dejarla bajo su cuidado? — les grita y ellos solo se mantienen en silencio.

—¡Si tiene el más mínimo rasguño en el cuerpo lo pagaran cien veces peor! — les grita con la cara roja.

—¡Tienen prohibido volver a internarse en el bosque con ella! ¡tienen prohibido si quiera intentar pasar tiempo con ella! ¡por irresponsables! — sentencia.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora