NARRA MÁXIMO.
Camino como de costumbre por los pasillos del convento, el lugar al que vine en busca de una razón para alejarme del señor mi Dios. Mentiría al decir que no me es difícil aceptar abandonar mi vocación para seguir con el legado de mi padre, pero los caminos del señor son misteriosos y si así lo ha dispuesto, no me queda otra que obedecerlo.
—Madre superiora. — saludo con una pequeña reverencia.
—Padre Máximo, no esperaba encontrarlo. — dice con una sonrisa la anciana.
—Suelo recorrer estos pasillos en mi caminata diurna. — digo tenue.
—El día de mañana ¿podría tomar la confesión de las novicias? — pregunta.
—Por supuesto. — digo y sonrió.
Continuo mi recorrido, soy indiferente a las miradas de las novicias que aparentan querer pecar conmigo, de todas ellas, solo hay una que en verdad a provocado el deseo de faltarle a mí voto y casi lo ha conseguido.
Noa Durtschi-a Smirnova, la mujer que haría pecar a cualquier hombre e incluso a mí. Es una mujer alegre a la vez muy seria, nunca sabes que está pensando, cuando mi padre me ordeno desposar a una mujer y me impuso como futura prometida a Noa, la odiaba, no soportaba la idea de ser obligado a gustar de una mujer que ni siquiera conocía. Y luego la conocí.
Y como un idiota dije que llegue a este convento para hacerla renunciar, cuando la realidad fue que vine para conocerla, y darme mil razones para rechazar el compromiso en el aire, y me lleve tremenda sorpresa, no solo su belleza física es una tentación, sus ojos son como dos enormes océanos que te hunden hasta el fondo y a pesar de sentir ahogarte, continúas dejándote hundir.
Desde que regreso de sus vacaciones hay algo diferente en ella, su mirada brillante y titilante perdió su brillo, la profundidad de sus ojos cada día es más oscura, su sonrisa cambio, ya no es contagiosa, intento averiguar el enigma que oculta y no me ha sido posible descifrarlo.
Al principio creí que fue debido a la separación de su familia, pude percatarme que son muy unidos, tanto su padre y her manos la protegen como si fuese lo más preciado sobre la fase de la tierra, y ese simple hecho, me hace desear protegerla de la misma manera, que me miré a mí con tanto amor y devoción como los observa a ellos.
Camino hacia la iglesia catedral principal en el convento sabiendo que allí es el sitio en donde la he encontrado estos últimos cuatro meses, todos los días sin falta pasa horas de pie frente a la virgen María, creí que era mentira lo de no inclinarse, he comprobado que es su principio más fiel. Juraría que incluso esta sobre los mandamientos clérigos.
Me asomo a la puerta y está allí de pie, con las manos en el pecho y como de costumbre está llorando en silencio. A la distancia puedo ver las enormes gotas de lagrima correr por su mejilla.
<<¿Qué pena guarda tu alma? ¿Por qué sufres en silencio?>>
A diferencia de otras veces que la he visto llorar, esta vez, ingreso a la iglesia en silencio y a paso lento camino hacia ella, estoy a dos pasos de distancia cuando me nota, esconde la cara y se limpia de prisa las lágrimas.
— Padre, ¿Qué hace aquí? — pregunta y noto su voz ronca a causa del llanto.
—Recorría el convento y encontré a una oveja sola. — digo y se aleja unos pasos.
Se ve tan indefensa en este momento, como si la coraza que siempre la acompaña desaparece cada que está aquí, como si su llanto fuese por un dolor profundo.
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HARAM (ELLOS Y YO)
Science FictionSEGUNDA PARTE DE MI SEMPITERNO AMOR. pueden encontrar el primer libro en mi cuenta de booknet usuario gial, se llama MI SEMPITERNO AMOR esta gratis.