CAPITULO 73

912 101 2
                                    

NARRA NOA

ITALIA

Hace un día llegamos a Italia, es un país muy bonito, no habíamos estado antes aquí. Miro a través de la ventana como el sol poco a poco se oculta anunciando que pronto tendré que ir a esa dichosa gala.

—Noa. — Me habla Sai.

Camino de vuelta a la habitación y noto que hay una caja sobre la cama.

No tenían que hacer eso. — digo sin ganas.

—¿Qué ocurre? — pregunta Ethan. — desde esta mañana estas de mal humor. — dice serio.

No me gusta Italia. — digo sin ganas.

Sera la última noche, mañana partiremos a Tailandia. — dice Sai abrazándome. — y solo faltan dos días. — dice pegando mis nalgas a su miembro duro.

—Se siente como si ya estuviera bien. — digo moviendo mis nalgas sobre su miembro.

—Puede haber residuos de semen, debemos esperar. — dice Ethan alejándome de Sai.

Se volvieron estrictos con eso... supongo que en algo debemos complacer a mi padre.

Odio estos estúpidos compromiso. — gruño.

—Noa, ¿sabías que él tenía una prometida? — pregunta Sai.

Respiro profundo y me siento sobre la cama. — saben, es raro hablarles de mi ex. — digo cruzándome de brazos.

Noa, te estas comportando como una niña. — dice Sai.

NARRA SAI

Desde que llegamos a Italia Noa ha estado extraña, y creemos saber la razón, odio la idea solo de imaginar que Noa puede sentir algo por ese tipo y que encima se halla atrevido a engañarla.

—No sabía que se iba a casar. — dice sin ganas. — sabía que su padre le impuso una prometida, pero no que se fuera a casar.

Lo matare, ¡cómo se atrevió a jugar contigo! — gruñe Ethan.

Ya dejen la cantaleta, no es como que, si no lo hubiéramos usado, digamos que ahora estamos a mano. — dice acostándose sobre la cama.

Parece cansada, y como si algo le molestara todo el tiempo. Me siento inútil al no saber qué le pasa, es como si no fuera la misma de siempre, y quizá saber que ahora estamos casados nos pone raros.

Noa, preciosa ¿Qué ocurre? — pregunta Ethan montándose a la cama.

—¿Noa? — la mueve.

Me acerco y noto que en menos de un minuto se quedó dormida boca arriba.

Ethan la jala a su pecho y permite que se acurruque mientras sigue dormida... se volvió a dormir. Me preocupa que sea un efecto segundario de la cirugía, si la sangre no circula de forma correcta, las personas tienden a desmayarse o a quedarse dormidos, les pasa sin previo aviso, y Noa ya lleva dos días durmiéndose de la nada.

Ayer se durmió sentada mientras comía y hoy solo se recostó y se durmió.

Haz la cita. — ordena Ethan. — en Roma hay un cardiólogo reconocido. — comenta.

También tengo sueño... ver a Noa dormir tan plácidamente me causa sueño. Me subo a la cama y me acomodo al lado de ella, los ojos me pesan mientras aspiro su olor, odio no poder hacerle el amor, llevo varias semanas en abstinencia, la espera es una tortura.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora