CAPITULO 41

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NARRA ETHAN

¡Maldición! Todo se fue a la mierda.

—Mátalos. — ordeno a Sai viendo a los dos hombres en el avión.

—¡no! — alza la voz el coronel. — no sé nada, no escuche nada. — dice rápido.

Sai saca su arma y les apunta. — Un rasguño y están muertos. — gruñe Luka saliendo de la cabina del avión. — no se atrevan a tocar a nuestra presa. — gruñe furioso.

Se vuelve a meter a la cabina y prenden los motores del avión.

Miro de pies a cabeza al maldito por el cual mi hermano se atreve a negarnos una muerte. — ¡te atreves a hacerles el menor de los rasguños y sabrás por la muerte es un regalo! — amenaza Sai al tipo.

Ocupamos nuestros asientos mientras observo con odio al maldito, ¡que le vieron! Es un inepto. Los gemelos se la viven jugando con quien se les atraviesa y tengo la leve sospecha que el hombre que está enfrente no es como el resto de tipos que han desfilado por su cama.

Después de un tiempo llegamos de nuevo a nuestra base militar original. Abrimos las compuertas y salimos del sitio viendo como los paramédicos se llevan al rehén rescatado.

El ardor en mi pierna me recuerda que sigo vivo y que no moriré tan fácil. — Perdí el botiquín. — avisa Sai caminando atrás de mí.

Supongo que aún tengo el mío. — digo caminando a mi cuadra.

Ingresamos los dos y busco el botiquín. Me siento en la cama y rasgo la manga del pantalón para descubrir la herida. Sai hace lo mismo sentándose en una silla frete a la cama. Coloco alcohol para limpiar la herida y luego se lo paso para que haga lo mismo.

Solo tenemos dos meses. — dice serio.

Solo de pensarlo me da dolor de cabeza, que padre cambiara de parecer así de fácil y nos envié de regreso no es una buena señal.

Tocan la puerta metálica y acto seguido ingresa la mujer pelirroja. — me enviaron a curar sus heridas. — dice y parece estar temblando.

No necesitamos ayuda, sal de aquí. — gruño sin verla.

¡porque mierda me imagino a Noa!

No hace caso y en lugar de marcharse coloca el maletín que trae en la mano a un lado de mi pie y se inclina ante mí. — es mi obligación, si se infecta la herida será mi responsabilidad. — dice y me quita las manos de la herida y se inicia a ocupar de la curación.

—tendré que hacer una pequeña sutura. — dice con el ceño fruncido viendo la herida.

Verla en esa posición entre mis piernas... Ethan, que estás pensando. Ella no es Noa.

—Sin anestesia. — gruño agarrándole la mano cuando noto que pretende colocarme anestesia para suturar. — soy alérgico. — digo a regañadientes.

Será muy doloroso si no coloco anestesia. — dice muy alterada.

—Entonces lo hare solo. — gruño y le quito los objetos de la mano.

—Está bien, lo hare, pero no grites. — regaña y no sé si darle una patada o reírme.

Levanto la vista y noto que Sai me está observando con los brazos cruzados y alza una ceja. Ruedo los ojos y vuelvo a ver a la mujer que me sutura con cuidado.

Sai me hace ojos señalando que puede ser útil, lo miro achinando los ojos y solo niego una vez. — Listo. — dice la chica. — evita mojarte la herida. — se pone de pie y se gira para ver a Sai.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora