CAPITULO 9

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Siete años atrás.

NARRA NOA

—¡Sai! Mantén la mirada fija en tu objetivo. — Regaña mi padre al notar que Sai se distrae viendo a Rita.

Odio como Sai mira a esa mujer.

—Ethan, no dobles la rodilla. — regaña.

—¡Ya no son unos niños para seguir cometiendo los mismos errores! — Los regaña de nuevo.

Sigo ocupándome del arma en mis manos mientras ellos sufren los regaños de mi padre.

—¡No están en su sala de juegos! — les grita severo.

—¡Al suelo y me dan cien! — ordena.

—¿A que vinieron? — pregunta autoritario.

—¡A entrenar mi coronel! — dicen a viva voz.

Pasan los minutos y se ponen firmes de nuevo.

No pierdan el tiempo, tienen tres años para ganarme en un combate cuerpo a cuerpo, de lo contrario los voy a desheredar. — amenaza como por séptima vez.

—¡Quedo claro! — mi padre y mis her manos son iguales.

Ellos son como ver las fotocopias de mi padre en miniatura.

—¡Si coronel! — dicen los dos.

—¡papi! — lo llamo para que deje de molestarlos un rato.

—Noa, ¿Qué dijimos acerca de llamarme así, en el campo de entrenamiento? — me regaña.

—¡Coronel! — bufo rodando los ojos.

—¿Qué ocurre? — dice serio.

Coronel si su esposa se entera, seremos carne muerta. — digo levantando la ametralladora en mis manos.

Ahora ¿Qué quieres? — pregunta cruzándose de brazos.

—Un silenciador y una mira nocturna para una ak-47. — digo mientras me preparo para disparar con la ametralladora.

Extorsionar a mi padre es lo más divertido de tener un padre.

—¿algo más? — gruñe alzando una ceja.

—No mi coronel. — digo mostrándole mi mejor sonrisa burlona.

—Noa, las niñas no usan armas grandes. — dice Ethan.

Eres una princesa. — regaña Sai.

Estos dos me tienen harta con sus tonterías de la princesa.

No se metan. — gruño viendo para otro lado.

—¿Estamos de adorno? — gruñe Ethan cruzándose de brazos.

Si planean discutir, se van. — gruñe mi padre.

No es la primera vez que entrenamos y salen con lo mismo.

—¡Sí! ¿¡algún problema!? — digo intentando igualarles la altura.

Odio que ya sean más altos que yo.

—¡Eres una odiosa! — gruñe Ethan.

—¡Tú un escuincle mal hecho! — le grito.

—¡basta! — gruñe mi padre metiéndose en medio de los dos.

—¿ese ejemplo planean dar? — regaña y miramos el suelo.

—¡Ya olvidaron quienes son! — dice más duro.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora