HARAM (ELLOS Y YO)

CAPITULO 22

NARRA TASSIA-ANASTACIA

—Ethel, entiende que tarde o temprano pasaría. — digo por cuarta vez.

Ethel camina de un lado a otro con la cara roja, me mira y solo remacha los dientes y hace como que me quiere estrangular.

—¡PORQUE! — me grita. — ¡pudiste consultarme antes! — parece leona en jaula.

—Tu brillante idea de emparejar a ¡Mi hija! Con el hijo de la mafia italiana, ¡quién te dijo que era lo que quería! Noa, es libre de tener el novio que ella quiera, no me pondré a obligar a mi hija a salir con quien nos sea conveniente en la organización. — está furiosa.

—No la estoy emparejando, digamos que solo moví un poco las cosas. — camino cerca de ella.

—¡un poco! ¡ANASTACIA FIRMASTE UN ACUERDO! ¡ESO ES POCO! — alza la voz muy fuerte.

—Un acuerdo comercial, no de matrimonio. — digo seria.

—¡Es lo mismo! Te di el poder para que me ayudases a manejar los negocios ¡no para que le buscaras novio a mi hija! — ¡auch!

—¿Cómo crees que reaccionara Damien? Pensaste siquiera que ocurrirá. — regaña sentándose en la cama.

—No pasara a mayores, solo es una buena opción para Noa, es un buen tipo, no tiene exnovias molestas, es lindo, no es un psicópata. — digo para calmar los ánimos.

—¿Lo investigaste? — gruñe.

—¡Obviamente! ¿Quién crees que soy?, no voy a arriesgar a mi sobrina, además, el hombre se la paso siendo seminarista toda su vida y hace un par de años se convirtió en sacerdote. — abro de más la boca.

—Noa está por el mismo camino, podrían entenderse. — se pone de pie y me mira achinando los ojos.

—¡UN SACERDOTE! ¡ME ESTAS JODIENDO! — Grita rabiosa.

—¿Prefieres un casanova? O un papanatas que al primer grito de Damien se cague en los calzones, ¡te digo que el hombre tiene carácter! — más le vale pagarme bien por la ayuda que le doy. — Y no es nada serio, si Noa no quiere, simplemente se olvida y ya, eso no afectara nuestros tratos comerciales. — digo para hacerla entrar en razón.

—Solo es darles un ambiente óptimo para que se relacionen, si se atraen funcionara, si no, simplemente acabara. — digo seria.

—¡NO ESTOY DE ACUERDO ANASTACIA! — me está haciendo su vocesota.

—Viene a conversar sobre el arreglo comercial, no por Noa. — digo seria.

—¡ni tú te la crees! — alza la voz. — conozco a mi hija, ¿crees que alguien perdería la oportunidad con ella? — no solo Damien venera a Noa.

—Es inteligente, fuerte, estratega, poliglota, una asesina de primera, valiente, hermosa, con piernas largas, su cinturita, sus nalgas, sus tetas, todo en ella es perfecto. ¡no hace falta buscarle novio! ¡todos mueren por ella! en sus poderosos un metro setenta. — por lo menos ella si se estiro.

—¡un don nadie como Máximo Greco no es digno de mi hija! — y vuelve la mula al trigo.

—¿Entonces quien lo es? — pregunto irritada. — para ti y Damien nadie es digno. — gruño.

—Te recuerdo que Máximo es el heredero de la mafia italiana y dueño de cientos de billones, no es un don nadie, ocupa el puesto número tres entre los solteros más ricos y cotizados a nivel mundial. — hablo y me mira.