CAPITULO 24

1.4K 129 5
                                    

NARRA NOA

Máximo se despide dándome dos besos uno en cada mejilla ante la mirada de mi padre y madre. — Paso por ti a las diez. — susurra en mi oído y se marcha.

—¿Me estas jodiendo? — gruñe mi padre a mi espalda.

—Padre ¿no querías que saliera del convento? — bufo viéndolo. — allí va tu oportunidad. — digo burlona señalando a Máximo.

—No intentes jugar con mi paciencia Nicolette. — está enojado.

Padre, supéralo, decídete, ¿quieres que sea monja o no? — pregunto con las manos en la cintura.

Estoy cansada, los veo mañana. — digo dándole un beso en la mejilla a mi padre y luego a mi madre.

A lo lejos escucho a mi madre decirle a mi padre que le baje a su drama. Etai abandonaron la cena y quien sabe a dónde fueron. Ingreso a mi habitación y me recuesto en la cama en medio de los cientos de rosas.

Juego con la corona de diamantes rosas de mi padre y huelo las rosas negras de Etai... tienen un precioso diamante negro. Las coloco sobre la mesa de noche mientras sonrió como estúpida.

<<Cuando olvidare mi estúpido enamoramiento por ellos.>>

Reviso mi móvil, ingreso la contraseña y entro a la base de datos de la policía, reviso sus datos colocando el filtro que siempre utilizo, ubico y rastreo lo que me interesa encontrar.

<<No está lejos.>>

Dejo el móvil y camino al armario para vestirme con ropa negra, será extraño si compro hábitos nuevos a cada rato. Termino de vestirme y justo alguien abre la puerta.

<<Ethan y Sai ingresan.>>

—¿Vas a salir? — gruñe Ethan.

—¿Qué hacen aquí? — respondo con otra pregunta.

El corazón me martilla con fuerza, son las once de la noche, nadie sabrá que están en mi habitación.

—¿a qué juegas? — gruñe Sai dando unos pasos para acercarse a mí.

No juego a nada. — gruño y antes que me pueda alejar me agarra de la muñeca.

—No olvides a quien perteneces. — sentencia viéndome con odio.

—No le pertenezco a nadie, dejen de interferir en mis asuntos. — gruño intentando liberarme de su agarre.

No intentes jugar con nuestra paciencia Noa. — gruñe Ethan frente a mí.

—¿Pueden dejarme en paz? — digo enojada. — que les importa que haga con mi vida, ¿Por qué pueden tener novia y yo no puedo tener un novio? — pregunto viendo a los ojos de ambos.

Odio que sean tan altos.

—¡porque nos perteneces! — alza la voz Sai y me empuja sobre la cama.

Caigo de espaldas y se abalanza de inmediato sobre mi cuerpo. Me sujeta las manos sobre la cabeza y con su rodilla separa mis piernas. — Entiende que solo puedes ser nuestra. — gruñe cerca de mi boca.

—¡No! — gruño luchando por liberarme.

Ethan me agarra una pierna y lentamente sube su mano acariciándome hasta subir a mi cintura provocando que tiemble.

—¿No? ¿no qué? — dice lento viéndome con ojos psicópatas. — ¿no es así como quieres que te llamemos? — pregunta viéndome las tetas.

HARAM (ELLOS Y YO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora