HARAM (ELLOS Y YO)

CAPITULO 47

NARRA LUKA

Dos meses y tres semanas después.

Puedo sentir la respiración del hombre sobre mí chocar sobre mi pecho... Joder... duele. Aprieto el abdomen mientras siento como se introducen en mi piel una y otra vez las microscópicas agujas de la maquina tatuadora.

—Te lo dije. — bufa Lukyan viendo mi cara de dolor.

—púdrete. — gruño.

Si no fuera por ese par de imbéciles. ¡aaaaah! Porque tenemos que ser sus her manos. Giro para ver a los dos idiotas de brazos cruzados observando atentamente el trabajo del tatuador.

—Terminamos. — dice el tipo quitándose de encima de mí. — no olviden cuidarlo, con una semana bastara. — dice alejándose.

Me pongo de pie y en el espejo miro sobre mi pecho en el lado izquierdo mi nuevo tatuaje... un estúpido saturno, exactamente igual al que esos dos idiotas tienen en el mismo sitio.

—No veo el millón en mi cuenta. — gruño al verlos de nuevo.

—Ya te transferí. — avisa Sai.

—Mi hermosa y perfecta piel. — gruño viendo lo roja que está a causa de la reciente manipulación.

—también te transferí. — le dice Ethan a Lukyan.

<<Ni los favores son gratis.>>

Todo para evitar que les vean el tatuaje y lo malinterpreten, ahora diremos que lo elegios como símbolo de nuestra estadía en Afganistán. Todos nos dirán que es lo más estúpido que pudimos elegir. ¡todo por esos malditos idiotas!

Mientras en nuestra piel es el primer y único tatuaje hasta el momento, en su cuerpo la tinta ya lleva grandes dimensiones abarcadas.

Miro que le pagan en efectivo al tatuador y los cuatro nos volvemos a poner en el hombro el maletín militar con nuestras pertenencias.

—Volvamos a casa. — dice Ethan.

Salimos del sitio y montamos el jet que mi padre envió a recogernos. Miro con odio a la mujer que está sentada dentro del jet. — tenían que traerla también. — gruño bajito para Sai.

—Sí. — dice y se va a sentar a su lado.

Odio verlos juntos, odio que intenten darle el lugar de mi hermana ¡aaaaah! ¡Luka! ¡Ubícate! Se supone que es lo mejor y lo adecuado, ¡son tan idiotas que tuvieron que elegir a una que tuvo la suerte de parecerse a ella!

—Puedes por lo menos disimular. — regaña Lukyan.

Volteo para verlo con odio también a él. — parece que la mataras con la mirada. — regaña abrochándose el cinturón.

—Matarla es lo que quiero. — gruño furioso.

Se atreve a ocupar su sitio... no, Luka, contrólate. Es mi hermana, es mi hermana, y está prohibido, es mi hermana y está prohibido.

NARRA NOA

Rusia.

—¡QUEEE! — grito exaltada. ¿Cómo es posible?

—Llegan hoy. — dice mi padre.

No estoy segura de estar escuchando bien. — ¿hoy? ¿no regresaban en siete meses? — digo aun en shock.

—No. — habla mi padre engreído. — se adelantaron. — comenta tranquilo.

Porque lo dice hasta hoy, justo el día que regresan.