El octavo mes de embarazo había llegado con nuevas dificultades para Yoongi. Su vientre estaba notablemente grande, y el dolor en su espalda se había intensificado con el tiempo. Esa mañana, el malestar era particularmente agudo, y la constante movilidad de los bebés dentro de él lo había dejado agotado. Se había despertado sintiéndose incómodo y triste, especialmente porque Jimin no estaba a su lado. La ausencia de su esposo solo acentuaba su malestar.Yoongi se puso una camisa de algodón holgada, esperando que al menos eso le brindara algo de comodidad. Con un esfuerzo considerable, se levantó de la cama y salió de la habitación. El personal de la mansión lo saludaba con amabilidad y admiración por su estado, pero él apenas podía concentrarse en las felicitaciones. El dolor y el cansancio lo hacían sentir más irritable y cansado de lo habitual.
Al llegar al despacho de Jimin, se encontró con que la puerta estaba cerrada con llave. Frunció el ceño y golpeó la puerta con firmeza, esperando que alguien la abriera. Cuando finalmente se abrió, se encontró con una mujer desconocida dentro. Ella llevaba un vestido ajustado que acentuaba su figura delgada, su cabello largo y castaño caía en ondas elegantes sobre sus hombros, y sus ojos grises lo miraban con curiosidad. Jimin estaba en su silla, aparentemente absorto en el trabajo.
Yoongi, sintiendo una punzada de celos y preocupación, se adelantó y apartó a la mujer con un gesto brusco. Su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a Jimin.
-¿Quién es esta? -preguntó con frialdad, tratando de mantener la calma mientras su voz temblaba ligeramente.
Jimin levantó la vista, su rostro se iluminó al ver a Yoongi, pero la alegría en sus ojos se desvaneció rápidamente al ver la expresión de su esposo.
-Yoongi, espera -dijo Jimin, levantándose de su silla. Intentó acercarse, pero Yoongi ya estaba perdiendo el control de sus emociones.
Yoongi se sintió abrumado al ver los restos de labial en la cara y el cuello de Jimin. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. Sin poder soportarlo más, giró sobre sus talones y salió del despacho con rapidez. Jimin, confundido y alarmado, lo siguió de inmediato. Cuando Yoongi llegó a su habitación, cerró la puerta con seguro desde el interior.
Jimin comenzó a golpear la puerta, su voz desesperada resonaba en el pasillo.
-¡Yoongi, por favor, ábreme! -gritó Jimin. -No sé qué está pasando, pero por favor, déjame entrar.
-¡Vete! -respondió Yoongi desde el interior, su voz cargada de dolor y enojo. -¡Eres un infiel!
La acusación dejó a Jimin paralizado por un momento, su mente intentaba procesar la situación. Sabía que tenía que hacer todo lo posible para calmar a Yoongi. Desde el otro lado de la puerta, escuchaba los sollozos de Yoongi y su angustia.
-Yoongi, no sé qué piensas, pero nada de lo que crees es cierto -dijo Jimin con desesperación, tratando de mantener la calma. -¡Déjame entrar, por favor!
-Tienes labial en la cara y en el cuello, eres un infiel -dijo Yoongi, su voz temblando de emoción.
Jimin se pasó la mano por la mejilla, notando los restos de labial. Su corazón se hundió, y sintió que el suelo se le abría bajo los pies. Aún así, intentó explicarle la situación.
-Es un malentendido, Yoongi. Ella solo me saludó así, te lo juro -dijo Jimin con fervor, su voz rota por la angustia.
-¿Y el labial en tu cuello? -preguntó Yoongi, su voz cargada de dolor y confusión.
Jimin miró el rastro de labial en su cuello. Estaba a punto de responder cuando escuchó un quejido de Yoongi. El sonido hizo que el corazón de Jimin se acelerara. Sintió un nudo en el estómago y comenzó a gritar por ayuda.
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Its definitely you - Jimsu
FanfictionEn los oscuros y peligrosos bajos fondos de Moscú, Park Jimin, el despiadado líder de la temida bratva, gobierna con mano de hierro. Su fama de ser cruel, inhumano y letal con sus enemigos y traidores es bien conocida. Nadie se atreve a desafiarlo...