Jimin no se había movido de la puerta de la habitación donde Yoongi descansaba. Su cuerpo estaba agotado, pero la idea de separarse, incluso por un momento, de su esposo le resultaba insoportable. No había querido ver a los bebés aún; quería hacerlo con Yoongi a su lado, quería que ese fuera un momento que compartieran juntos como la familia que ahora eran.
Las horas pasaban lentamente. Jimin seguía sintiendo sus manos temblar de ansiedad y preocupación. Habían pasado cinco largas horas desde que Dongming había entrado en la habitación para atender a Yoongi. El silencio era insoportable, roto solo por el leve murmullo del personal que iba y venía por los pasillos.
Finalmente, la puerta se abrió, y Jimin alzó la mirada esperanzado. Una enfermera salió primero, seguida por Dongming, quien se detuvo al ver la expresión de desesperación en el rostro de su amigo. Dongming le dedicó una sonrisa tranquilizadora antes de hablar.
-Yoongi ha despertado -dijo con suavidad, pero con una firmeza que indicaba que, al menos por ahora, todo estaba bajo control-. Está débil y cansado, pero está consciente. Vamos a llevarlo a una habitación más cómoda para que pueda descansar y, por supuesto, para que puedan ver a sus bebés juntos.
El alivio inundó a Jimin como una ola. Sus rodillas se debilitaron un poco, pero logró mantenerse firme, asintiendo mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
-Gracias -susurró, incapaz de expresar con palabras todo lo que sentía en ese momento.
Vio cómo comenzaban a mover a Yoongi, quien fue trasladado en una camilla. El tiempo pareció ralentizarse cuando vio a su esposo. El rostro de Yoongi estaba pálido, y sus ojos se veían pesados por el cansancio, pero en cuanto vio a Jimin, una débil sonrisa se formó en sus labios.
Jimin se acercó rápidamente, inclinándose para besar los labios de Yoongi, un gesto suave y lleno de amor.
-Lo hiciste increíble, amor -le dijo en un susurro, acariciando la mejilla de Yoongi con ternura.
-No lo habría logrado sin ti, Jimin -respondió Yoongi, su voz era un murmullo, pero sus palabras estaban cargadas de sinceridad y gratitud. A pesar del dolor y el agotamiento, había un destello de felicidad en sus ojos al ver a Jimin tan cerca.
Lo trasladaron a una habitación más grande, más tranquila, donde podrían estar juntos. Las enfermeras se aseguraron de que Yoongi estuviera cómodo antes de salir, dejando a la pareja en un momento de paz. Jimin se sentó junto a la cama, tomando la mano de Yoongi entre las suyas.
-Estoy tan orgulloso de ti, Yoon -dijo Jimin, con la voz temblorosa por la emoción.
-¿Cómo están los bebés? -preguntó Yoongi, la preocupación y la curiosidad luchando por asomarse en su voz. Se acomodó en la cama, aunque el dolor todavía era evidente en sus gestos.
-No los he visto todavía -admitió Jimin, con una sonrisa suave-. Quiero hacerlo contigo, es un momento que quiero compartir contigo.
Yoongi sintió cómo su corazón se llenaba de amor por Jimin. Le sonrió con dulzura, aunque estaba exhausto, sabiendo que tenía al mejor compañero a su lado. Poco después, las puertas se abrieron nuevamente, y un par de enfermeras entraron, empujando dos incubadoras pequeñas.
Jimin y Yoongi intercambiaron miradas llenas de emoción contenida mientras las enfermeras se acercaban, sacando a los bebés de las incubadoras con un cuidado tierno. Yoongi sollozó de alegría cuando la enfermera colocó a la pequeña en sus brazos. Envuelta en una mantita rosa, la niña era tan diminuta y perfecta que Yoongi apenas podía contener las lágrimas. Al mismo tiempo, otra enfermera le entregó a Jimin al niño, envuelto en una manta azul.
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Its definitely you - Jimsu
FanfictionEn los oscuros y peligrosos bajos fondos de Moscú, Park Jimin, el despiadado líder de la temida bratva, gobierna con mano de hierro. Su fama de ser cruel, inhumano y letal con sus enemigos y traidores es bien conocida. Nadie se atreve a desafiarlo...