Narra Israel: Era domingo y, para ser honesto, no había dormido absolutamente nada la noche anterior. Mi cabeza estaba llena de ideas, dudas y, sobre todo, la sensación de que no podía alargar esto más. Si queríamos hacer algo realmente especial para ____, necesitábamos ayuda. Así que tomé una decisión: era momento de involucrar a las chicas. Después de todo, ¿quién mejor que ellas para guiarnos en esto?
Por la mañana, cité a los chicos en mi departamento. Llegaron poco a poco: Alejandro, Ilian, Malagón, Jona, Chava, Álvaro, Ramón, Brian, y Kevin. Todos se acomodaron entre el sofá y el suelo, algunos con caras de sueño, otros con curiosidad por lo que tenía que decirles.
Israel: Bueno, muchachos, les tengo noticias, he pedido ayuda extra.
Alejandro: ¿Ayuda de quién?
Israel: De las chicas.
Ilian: ¿Qué chicas?
Israel: Las únicas chicas que conozco y que son cercanas. Pilar, Sabrina, Tere y Liz, ellas van a venir para ayudarnos a planear todo esto, porque, sinceramente, nuestras ideas no están funcionando.
Malagon: Nos van a destrozar.
Israel: Pues mejor que lo hagan ahora. Prefiero que nos destrocen a nosotros y no arruinar esto con ____.
Unos minutos después, llegaron las chicas. Pilar, Sabrina, Tere y Liz entraron juntas al departamento, pero en cuanto cruzaron la puerta y vieron nuestras caras (una mezcla entre culpabilidad, nerviosismo y resignación) estallaron en carcajadas.
Pilar: Por favor, ¿Qué les pasa? ¿Acaso tienen diarrea colectiva o qué?
Las demás no pudieron evitar reírse más fuerte, mientras nosotros solo intercambiábamos miradas de vergüenza.
Tere: Cálmense, dejen de torturarlos.
Finalmente, cuando lograron tranquilizarse, Sabrina fue la primera en hablar con más seriedad.
Sabrina: A ver, chicos, tenemos que confesarles algo.
Israel: ¿Qué cosa?
Liz: Que ayer nos reunimos con ____, y sabemos todo. Absolutamente todo.
El silencio en la habitación fue sepulcral. Podía sentir cómo los chicos me miraban con reproche, como si esto fuera mi culpa.
Jona: ¡Esperen! ¿Cómo que lo saben todo?
Pilar: Tranquilos, lo importante es que ____ no tiene ni idea de lo que están planeando. Ella está pensando en todo menos en eso.
Hubo un suspiro colectivo de alivio, aunque la tensión seguía ahí.
Kevin: Entonces, ¿nos van a ayudar?
Sabrina: Claro que sí, pero primero necesitamos escuchar qué ideas han tenido, porque algo me dice que no han estado pensando con claridad.
Y ahí comenzó el desfile de nuestras "propuestas". Primero Alejandro sugirió hacerlo durante un entrenamiento, algo que las chicas rechazaron inmediatamente.
Sabrina: ¿De verdad? ¿En el entrenamiento? ¿Quieres que lo recuerde con olor a sudor y tacos de fútbol?
Luego Malagón mencionó organizar algo en un restaurante elegante, pero Liz rápidamente señaló que eso sería demasiado formal para ____ y que probablemente se sentiría incómoda.
Liz: ¿Y tú qué propusiste?
Israel: Algo en el parque donde solemos caminar, pensé que sería algo tranquilo, algo que le gustaría.
Las chicas intercambiaron miradas, como si estuvieran teniendo una conversación silenciosa entre ellas. Finalmente, Sabrina tomó la palabra.
Sabrina: Está bien, tu idea no está mal, Israel, pero podemos mejorarla.
Pilar: Un lugar íntimo y romántico, como un balcón en algún edificio alto, donde puedan ver la ciudad de noche.
Tere: Podemos decorar el lugar con luces cálidas, no demasiadas, para que no sea recargado, y flores, por supuesto. Rosas rojas y girasoles, porque sabemos que le encantan.
Liz: También necesitaríamos algo especial, como un letrero que diga '¿Quieres ser mi novia?' o algo así. Algo bonito, pero no cursi. Tiene que ser perfecto.
Sabrina: Y música, ¿Hay alguna canción que sea importante para ustedes dos?
Asentí, aunque sentí un nudo en la garganta. Había una canción que siempre escuchábamos juntos, y sabía que sería el toque final perfecto.
Al final de la reunión, teníamos un plan sólido. Las chicas nos dejaron claro que nos iban a ayudar con los detalles, pero también nos advirtieron que no nos metiéramos en más problemas.
Cuando se fueron, los chicos y yo nos quedamos en silencio un momento. Finalmente, Alejandro habló.
Alejandro: Bueno, al menos no tenemos que preocuparnos por la decoración.
Brian: Ni por arruinarlo.
Pero en mi mente, solo había una cosa clara: no podía fallar. Esto tenía que ser perfecto para ____. Porque después de todo lo que habíamos pasado juntos, ella merecía algo que le recordara cuánto significaba para mí.
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