Narra Israel: El lunes llegó rápido, y con él, el entrenamiento de la semana. Desde que puse un pie en el vestidor, supe que no iba a ser un día tranquilo. Apenas saludé, los chicos comenzaron a lanzarme miradas sospechosas.
Brian: Míralo, míralo, todavía trae la sonrisa del sábado
Chava: A ver, Israel, ¿qué onda con ___? El sábado parecía que ya están juntos. ¿Es cierto?
Suspiré, tratando de mantenerme neutral mientras me cambiaba.
Israel: Nada que ver, estamos bien, eso es todo.
Henry: "Bien". ¿Y entonces por qué estuvieron alejados de nosotros media comida?
Israel: Porque a veces es bueno respirar un poco lejos de ustedes
Jona: Mira, no tienes que negarlo. Todos vimos cómo te miraba el sábado. Y tú tampoco le quitabas los ojos de encima .
Malagon: Ya, dejen al pobre Israel en paz. A lo mejor quieren mantenerlo en secreto.
Israel: No hay secreto
Justo en ese momento, el tema quedó en pausa porque ___ llegó al vestidor. Como por arte de magia, los chicos cambiaron de tema, actuando como si nunca hubieran estado hablando de nosotros.
Brian: Eh, ya llegó la estrella!. ¿Lista para entrenar?
TN: Siempre.
El ambiente se normalizó rápidamente, aunque cada vez que ___ pasaba cerca de mí, sentía las miradas de los demás clavadas en nosotros. Durante el entrenamiento, hice lo posible por concentrarme, pero a veces mi vista se desviaba hacia ella. Sus movimientos eran más fluidos, más confiados que semanas atrás, y verla así me hacía sentir un poco más tranquilo.
Hubo un momento, mientras estábamos en un ejercicio en parejas, en el que nuestras miradas se cruzaron. No dije nada, pero intenté transmitir con una sonrisa lo que las palabras no podían decir en ese momento: Estoy aquí, estoy contigo.
Ella pareció entenderlo porque sonrió de vuelta, tímidamente pero sincera. Y ese pequeño gesto me bastó para saber que íbamos por buen camino, seguíamos cruzando miradas pero...
Ale: Tierra llamando a Israel
Israel: ¿Que pasó?
Ale: Sí quieres le digo al profe que nos cambie de pareja. Ya deja de babear por la chica y ponte a trabajar que de amor no se ganan los partidos
Israel: Sí sí. Ya, me concentro.
Después del entrenamiento, mientras todos se dispersaban, Brian volvió a acercarse, sin poder contenerse.
Brian: A ver, ahora sí, ya sin rodeos... ¿qué pasa con ustedes?
Israel: Nada.
Brian: Por favor, Israel. Todos lo vimos hoy. La forma en que te mira, la forma en que tú la miras... Solo dilo, bro.
Israel: Las cosas están... avanzando. Pero no voy a apresurar nada.
Brian asintió, sorprendentemente serio esta vez.
Brian: Bueno, solo no la riegues, ¿ok? Se ve que ambos quieren estar bien.
Asentí, agradecido por el comentario. Mientras salía del vestidor, saqué mi teléfono para enviarle un mensaje a ___.
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TN 💘Israel: ¿Llegaste bien? Te vi muy bien hoy. Espero que también lo sientas así. Nos vemos mañana, ¿sí?
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No estaba seguro de si respondería, pero no importaba. Lo importante era que supiera que estaba ahí, que no pensaba dar marcha atrás en esto. Y mientras caminaba hacia mi auto, una sensación de esperanza me acompañaba. Habíamos superado tanto, y aunque todavía quedaba camino por recorrer, estaba dispuesto a recorrerlo todo con ella.
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