Narra TN: Había pasado un mes desde que tomé la decisión de alejarme de mi familia para protegerlos. El departamento era pequeño, pero acogedor, y en cierto modo, me había acostumbrado a la idea de tener un espacio propio. Sin embargo, las cosas con Nailea no habían mejorado. A pesar de las amenazas y las advertencias, ella seguía encontrando maneras de acercarse a Israel, como si no entendiera el significado de "ya no más".
Había empezado con mensajes en Instagram desde cuentas falsas, pero rápidamente escaló. Una vez se apareció en el estacionamiento del club después de un entrenamiento, fingiendo casualidad, y otra ocasión intentó enviarle un ramo de flores con una nota que decía: "Sé que me extrañas, pero aún no es tarde para arreglarlo." Lo peor de todo fue que alguien vio cuando intentó esperarlo afuera de su edificio una noche. Por suerte, los chicos lo acompañaron a casa ese día, y ella terminó marchándose antes de que él la viera.
La gota que derramó el vaso fue un correo que Nailea envió al club, acusando a Israel de ser violento y manipulador, todo acompañado de una narrativa inventada para hacer que pareciera la víctima. Aunque el club no le dio crédito a sus mentiras, esa mujer no iba a detenerse. Y yo, después de tanto aguantar, decidí cumplir mi advertencia.
Ese día la noticia explotó. No sólo se reveló el pasado oscuro del papá de Nailea, sino también cómo había manipulado su ingreso al Grupo Pachuca, utilizando favores e influencias cuestionables para garantizarle un lugar en el club. Sabía que esto la destrozaría públicamente, pero si esa era la única forma de que nos dejara en paz, entonces estaba dispuesta a cargar con esa culpa.
Cuando llegué al club, el ambiente era inusual. Todos estaban reunidos en el centro del campo, los chicos y las chicas, hablando animadamente sobre algo. Mientras me acercaba, los escuché mencionar nombres y detalles que me eran demasiado familiares. Apenas me acerqué, Alejandro me miró con una mezcla de sorpresa y curiosidad.
Alejandro: ¿Supiste lo de Nailea?
Gabriela: ¡Es una locura! Lo de su papá, lo de Pachuca... Está en todas las noticias.
Me detuve en seco. Sabía que no podía mostrarme demasiado interesada, pero al mismo tiempo no pude evitar sentir un cosquilleo de satisfacción al escuchar cómo hablaban de todo lo que ahora estaba saliendo a la luz.
TN: Bueno, tarde o temprano la verdad siempre sale a la luz. Nadie puede mantener esos secretos enterrados para siempre.
El silencio cayó sobre el grupo como una piedra. Pude sentir las miradas de todos clavadas en mí, especialmente la de Israel. El peso de su mirada era casi físico, como si intentara leer lo que no estaba diciendo.
Emilio: ¿Cómo sabes que era un secreto?
Me di cuenta de que había dicho demasiado. Intenté arreglarlo con una sonrisa ligera.
TN: Vamos, Emilio, todo el mundo sabía que su entrada a Pachuca no fue limpia. Esto sólo lo confirma.
Brian: No suenas tan sorprendida como nosotros
TN: ¿Por qué lo estaría? Algunos reciben lo que merecen
Israel no decía nada, pero no dejaba de mirarme. La intensidad de su mirada me hacía sentir que estaba caminando sobre una cuerda floja. Antes de que alguien pudiera presionarme más, miré mi reloj y fingí sobresaltarme.
TN: Uy, me olvidé que tenía que entregarle unos documentos a mi profesora antes de que cierre su oficina. Nos vemos
No esperé respuesta y me alejé con paso firme, mientras caminaba hacia mi auto, sentí una mezcla de satisfacción y culpa. Había logrado que Nailea entendiera que no estaba jugando, pero ahora tenía que lidiar con las consecuencias de que todos, especialmente Israel, empezaran a atar cabos. ¿Qué pensaría de mí si llegaba a descubrir que yo había filtrado esa información?
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Pero te conocí. -Israel Reyes y tú-
Fiksi PenggemarMe curaste el corazón, me enamoraste.