PASIÓN DESBLOQUEADA

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Nota: Oír la música adjunta en la parte superior para una agradable lectura 😈
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Juliana

Las horas pasaron lentamente, y aunque estaba en la cama, mis pensamientos no dejaban de vagar. Entre el ruido de la tormenta y el deseo que sentía cada vez que pensaba en él, supe que no iba a poder dormir. Entonces, un trueno fuerte sacudió la habitación, y mi corazón dio un brinco. Sin pensarlo, bajé de la cama y corrí hacia la puerta, esperando ir donde Alessandro.

Al abrirla, me sorprendió ver que él estaba ahí, como si hubiera estado esperándome. Su mirada estaba cargada de deseo, pero cuando me vio, su expresión se suavizó. "¿Estás bien?" me preguntó, con una preocupación que solo hizo que mi corazón latiera más fuerte.

En lugar de responder, me acerqué a él y lo abracé, dejándome llevar por la seguridad que sentía en sus brazos. No me importaba si él sabía que las tormentas me daban miedo; en ese momento, todo lo que necesitaba era estar cerca de él.

"Tranquila, amor. Todo está bien," susurró, mientras me rodeaba con sus brazos. La calidez de su cuerpo, su aroma, su voz... todo me hacía sentir en paz, como si nada malo pudiera suceder si él estaba conmigo.

Alessandro me llevó hasta la cama y me ayudó a acostarme. Al principio, pensé que se quedaría de pie, pero cuando lo miré y asentí, entendió que quería que se quedara. Se tumbó a mi lado, envolviéndome en un abrazo que me hacía sentir segura. Lo miré, y en sus ojos vi algo que iba más allá del deseo; era como si él sintiera lo mismo que yo, algo profundo que no necesitaba palabras.

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Ya la tormenta había cesado, increíblemente nos quedamos dormidos como por 30 minutos, desperté porque sentí su brazo rodear mi cintura mientras le daba la espalda, me quedé quieta, tratando de procesar la tensión que aún seguía en mí, sentir su respiración en mi oído, no ayudaba, me excitaba, cálmate juliana parece que estuvieras necesitada, me dije a mí misma y la verdad es que sí, si lo necesitaba.

—Juliana, estás despierta—, su voz está más profunda, pensé.

— Ehh, Sí, estoy despierta Alessandro, ¿Estás bien?— pregunté casi en un susurro.

—Oh, sí. Contigo lo estoy.—

Mientras me hablaba, sentía su respiración caliente en mi oreja, cada vez más intensa, después sentí su mano rosar mi muslo, una electricidad deliciosa invadió mi cuerpo, erizándome por completo.

—Dime algo pequeña leoncita, ¿Por qué estás desnuda de la cintura hacia abajo? ¿Acaso quieres que pierda el poco control que me queda?.—

¡Mierda!, no se me ocurre decir nada, solo se que, dormida suelo quitarme la ropa, no me gusta dormir con tanto trapo encima.

—Responde—.

—Suelo dormir sin ropa, y aunque me acueste con ella, dormida me la quito sin darme cuenta.

Mi cuerpo se tensa al sentir que va metiendo la mano, tocando entre mis piernas, cuando rosa sus dedos en mi intimidad, siento como su respiración se convierte en jadeos.

—Mierda, Juliana, ¿Sin bragas?...,¿Acaso quieres volverme loco?.—

Mi entrepierna está ya mojada, siento mucho calor, mi respiración se compaginó con la de él. mi centro palpita, quiero que me frote ahí donde tiene su mano paralizada como esperando que de la orden.

—Alessandro—, mi voz pareciendo más un susurro en súplica. —¿Crees que podemos hacerlo como tú me dijiste, ósea darnos placer sin penetracion?—.

Amor a la Juliana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora