La Princesa del Infierno

Epílogo 1/2

¡Hola personitas lindas!

Saben que odio dejar notas en los capítulos, pero sera la penultima os prometo.

Esta parte es como una gran recapitulación de los acontecimientos en casi 20 años, haciendo saltos de tiempo y centrándose en diferentes personajes, por ello su extención arrebasaba casi las 13,000 palabras, por lo que al final decidi dividirlo en dos partes.

Esta primera parte del Epílogo esta dividio en 3 estancias, nombre que se utiliza cuando leemos poemarios. 

Esta primera parte cuenta con las estancias:

1) Boda Real

2)Anécdota Familiar

3) Overlord's

Aunque esta ultima estancia se dividio en dos, la siguiente parte se encontrara en el Epílogo 2/2 para que no se lo vayan a perder, junto con la estancia:

4)Ángeles y Serafines

5) Cuento

En total son 5 estancias marcadas con números; así que podrán hacer pausas si gustan cuando lleguen a cada estancia y así aligerar y disfrutar más la lectura.

Ademas, necesito hacer la aclarición para evitar problemas. 

TODA LA MULTIMEDIA NO ES MIA. 

Las imagenes las vi en Pinteres y me gustaron, creditos a sus respectivos dueños de cada fan-art de los hijos de CHAGGIE.

Mantuve algunos nombres iguales, pero otros me los invente. 

Ahora si, disfruten, su servidora.

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1

Boda Real

Y allí estaba ella, trémula y cansada. Desidiosa con la decisión que había elegido. Se miraba de pie en la pequeña colina, viendo la gran y mágica cascada caer de manera etérea. Sus pies desnudos, apenas cubiertos por la más ligera tela semitransparente color blanca de sus medias altas, eran salpicados. Su falda de holanes ondeaba con sutileza, la brisa fresca y alegre se pegaba a la piel de su estómago y hacía cosquillas en su cuello.

Su cabellera larga y suelta ondeaba con gracia sobre las alas blancas con una franja dorada en la parte de abajo y en los bordes. Su lazo que sujetaba un moño en su cabello danzaba con su cabello y se enredaba apenas un poco antes de volver a su forma normal. La fría agua que caía en su piel debido al aire congelaba su nariz y mejillas, los dedos de sus manos flexionandose una y otra vez en puños mientras respiraba pesadamente y con lentitud.

Todo era paz, todo era tan tranquilo y se sentía viva, pero, sin embargo, ¿entonces porque no dejaba de sentirse culpable?

La chica despertó ligeramente desorientada en su cama, aquel sueño otra vez, o más que un sueño, aquel recuerdo una vez más volvía para atormentarla. Siempre, sin falta, para estas fechas es que aquel sueño se vuelve recurrente y deja de ser ocasional. Como si se adhiriera a ella y no la quisiera soltar nunca más.