Voz

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Ya habían pasado 5 días desde el acontecimiento en el coche. La gasolina no nos duro como esperábamos así que tuvimos que andar a pie antes de lo esperado.

Caminando por el bosque Itzel descubrió una pequeña cabaña que estaba abandonada. Desde entonces, todos nos establecimos en ese lugar.

La cabaña no es muy grande pero tiene el espació necesario para que nos estableciéramos cómodamente. 

Esta tenia esa imagen que las cabañas usualmente tienen en las películas de terror. La pared ya se miraba vieja y la pared tenia varios agujeros.

 Había varias plantas que se enredaban en ella y estaba rodeada por varios árboles tan altos que cubrían la mayor parte del sol. 

Encontramos todo cubierto en polvo; los muebles, las paredes, los pisos. Parecía que tenía bastante tiempo abandonada y el dueño nunca había decidido regresar a ella. 

Al entrar había unas escaleras que llevaban al segundo piso, en este se encontraba un cuarto con tan solo una cama, un buró y una lámpara vieja que ya no funcionaba. Enfrente del cuarto había un baño con todo lo dispensable. En el piso de abajo estaba una sala que se juntaba con el pequeño comedor. Debajo de las escaleras había un pequeño almacén donde encontramos tres lámparas solares. Todos nos pusimos felices como sí hubiéramos abierto regalos de Navidad. 

La cabaña también tiene una delgada pared que separa la cocina del comedor. En la cocina hay una alacena, una estufa oxidada en la cual usábamos leña. Un refrigerador que sin electricidad era inservible y enfrente de el había una puerta que daba hacia la parte trasera de la casa donde se miraban el infinito bosque..

-¿En qué piensas? (Rubi preguntó)

Cada tarde me sentaba en unos pequeños escalones que había en la parte trasera de la cabaña. Ahí me mantenía contemplando la naturaleza por pocos minutos ya que no faltaba el día en que los caminantes rondarán por el área. 

Grillo y Nala siempre salían detrás de mi. Grillo usualmente se ponía a jugar con pequeñas piedras que encontraba y Nala no se le despegaba. Siempre los mantenía cerca y casi nunca les despegaba la mirada, el temor de perder a alguien más me seguía en todo momento.

-Nada... Sólo miro todo lo que se encuentra a nuestro alrededor...Me gusta ver a Grillo jugar y ver como olvida esta realidad.

-¿Y todavía no dice palabra alguna?

-No...(hice una pequeña pausa) creo que lo que paso lo impresiono bastante que hace que se mantenga encerrado en su propio mundo.

Grillo corrió hacia mi y tomo mi mano. Me dio una piedra y apunto hacia el lado izquierdo de la cabaña. Sí caminabas por unos cuatro o cinco minutos llegabas a un río al que a Grillo le encantaba ir. 

-Hoy no Grillo, ya no tarda en oscurecer.

Grillo agacho su cabeza y volvió al lugar en el que estaba jugando.

-Me siento impotente al verlo vivir de esta manera. (Rubi comentó)

-Yo me siento igual pero hay que demostrarnos fuertes... Hay que hacerlo por el. 

-(Suspiró muy profundo) Tienes razón... Estos últimos días hemos estado estables en este lugar. No aparecen tantos caminantes y es más fácil saber donde están todos ya que la cabaña es algo pequeña.

-Sinceramente me alegré cuando decidimos quedarnos aquí. Se que no es el mejor lugar y tampoco el más cómodo pero definitivamente no quería ir a la casa de mi padre.

-No quiero sonar como una entrometida así que no haré ninguna clase de pregunta...

-No es que me sienta incómodo al hablar del tema pero nomás no le doy mucha importancia.

The Walking Dead (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora