Casas

24.1K 369 103
                                    

Habían pasado cinco días desde la muerte de Caló y bastantes cosas habían ocurrido desde entonces. Rubi comenzó a enfermar, solo se mantenía acostada en la enfermería y desde hace dos días había empeorado aún más con la muerte de Larissa. Hay días en que quisiera quedarme todo el día a su lado pero como todos los demás ahora tengo un deber. Desde la situación en que Luis se había encontrado, ahora trataba de pasar la mayor parte de su tiempo al lado de Itzel. Ceci y yo seguíamos saliendo con el grupo de buscadores pero ella salía más días que yo.

-Stef.... Stef.

-¿Que paso? ¿Necesitas algo?

Era tan difícil verla de esta manera. Su piel estaba blanca como la nieve del invierno. Sus labios perdían poco a poco su color y la mayoría del tiempo estaban bastante secos. Estaba acostada boca arriba y yo siempre me sentaba en una silla que estaba al lado de ella.

-Toma un poco de agua.

-No tengo sed...

-Anda, sólo un poco.

Ayude a que se sentará pero ella comenzó a toser antes de poner sus labios en el vaso.

-Con cuidado, con cuidado.

-Eres tan bueno conmigo.

Comenzó a tomar un poco más de agua.

-Tu harías lo mismo.

Dejo de tomar agua, puse el vaso sobre una pequeña mesa que estaba al lado de su cama y después ella se volvió a acostar.

-Tengo frío...

Tenía dos cobijas sobre ella. Toqué su frente y ardía en fiebre.

-Ahorita te pondré otra cobija.

Antes de hacerlo, camine hacia donde estaba el escritorio y ahí arriba de el había un pequeño contenedor con agua. Moje un pedazo de tela y después lo exprimí.

-Voy a poner esto sobre tu frente.

Puse el trapo húmedo sobre su frente y después le puse otra cobija.

- Ven... Quédate conmigo.

Me acosté al lado de ella y tome su mano.

-Gracias Stef...

Le di unos pequeños besos en el cachete y poco después se quedo dormida.

Otra vez iniciaba el día en la enfermería. Era de madrugada y podía notar como el sol apenas y se asomaba. Había estado toda la noche despierto cuidando a Rubi y ya se estaba convirtiendo en una rutina.

Despertaba por pesadillas que siempre trataban de Luis muriendo enfrente de mi o para revisar Rubi necesitaba algo. También no podía engañarme y dejar de pensar en las últimas palabras que había dicho Caló.

Había momentos en que hablaba conmigo mismo pero llegaba al punto donde me irritaba asta mi propia voz.

-¿Se puede?

Escuche un susurro en la puerta y enseguida me levanté con mucho cuidado para no despertar a Rubi.

-Hola Ceci...

-¿Cómo sigue?

-Parece que los líquidos y medicina la están mejorando, ya no está en el mismo estado...

Mentí. No quería que Ceci tuviera en su cabeza tantas preocupaciones y menos cuando se pasaba la mayor parte del día afuera.

-Me alegra escuchar eso.

Los dos tratábamos de hablar lo más silencioso posible. Cada que alguien entraba al lugar, ya sabían en que tono tenían que hablar.

-Despertaste temprano.

The Walking Dead (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora