The Walking Dead (Sin editar)

Extraños

Trataba de levantarme pero mi cuerpo se sentía muy pesado, parecía que la gravedad estaba aumentando cada ves más y más.

-Vamos...Yo te ayudo

Tome su mano y con trabajo me puse de pie. Empezamos a caminar hacia el salón donde se encontraba Rubí. Por alguna razón la noche se sentía mas serena. Tal ves era porque ya no tenía más preocupaciones en mi cabeza, las dos personas por las cuales había regresado ahora se encontraban muertas, ya no tenía que pensar más en buscarlos.

Trataba de engañarme y hacerme sentir que lo que había pasado era con un propósito, después de todo eso era lo que la gente solía decir "todo pasa por una razón". ¿Pero que tan cierto es este dicho? ¿Porqué tenía que morir Ana, Josué, todos esos estudiantes y personas que ya no actuaban como seres humanos?... No creo que haya alguna respuesta con la cual me pueda sentir satisfecho. Por lo menos no ahora. 

-¿Donde esta tu amigo?...¿Josué? ¿Y Josué donde esta?

Rubí preguntaba con desesperación pero nosotros no decíamos nada. No podía hablar, sentía un vacío en mi interior, sentía como sí algo obstruyera mi garganta y no dejara pasar ni una sola palabra.

-¿El esta?....

Rubí no pudo terminar la pregunta. Al mirar nuestras caras obtuvo la respuesta que estaba buscando. Ella se acercó a mi y puso su mano en mi hombro.

-Stef, lo siento mucho...Se lo que sientes en estos momentos, yo perdí a mi amiga un poco antes de llegar al lugar donde me encontraste.

-¿Que es lo que hago ahora? (Pregunté)

-¿Que clase de pregunta es esa?...Lo que hacemos ahora es encontrar una forma de salir y sobrevivir. Después de todo es lo que hemos tratado de hacer todo este tiempo.

No se cómo Rubí podía mantenerse tan tranquila y positiva. Me hacia sentir un poco mejor el saber la postura en la que ella se encontraba.

-Oye...Se que no dije nada pero no habíamos tenido el tiempo...quiero darte las gracias por lo que hiciste. (El joven comentó)

-No tienes nada que agradecer, hice lo que creí ser correcto. Hay momentos en los que tienes que hacerle caso a tu instinto y no pensar en las consecuencias. Eso me paso contigo...

-Pero se lo difícil que fue para ti, después de todo yo solo soy un desconocido...el era tu amigo.

-Tienes razón pero mira la situación en la que nos encontrábamos. Por más que quisiera que Josué siguiera con vida eso no podía pasar, si me quedaba sosteniéndolo tu hubieras muerto, el caminante que estaba detrás de mi tal ves me hubiera terminado mordiendo y yo habría soltado a Josué...Hubiéramos muerto los tres no solo uno.

-Tienes razón (sonrío)...Disculpa, no quería reír, suelo hacer eso cuando estoy nervioso.

-No te preocupes yo entiendo.

-Si sirve de algo mi nombre es Raymon

-Soy Stefano pero todos me llaman Stef

No se miraba como mala persona y eso me quitaba un peso de encima. Con todo lo que había pasado hubo un momento en el que llegue a preocuparme por estar con extraños pero las pequeñas conversaciones que había tenido con ellos me hicieron ver que dependemos los unos de los otros.

-Tenemos que pensar en una forma de salir de aquí (Raymon exclamó)

-¿Que tal sí salimos por la ventana? (Sugerí)

-Se van a decepcionar chicos pero momentos antes de que llegarán mire a través de ella...

-¿Qué pasa Rubí?

Mire por la ventana y había caminantes en la calle. Esto no había comenzado aquí, era una plaga que estaba por todas partes.

-¡Esto es imposible! ¿Donde están los policías o los militares, que nadie esta haciendo nada al respecto?

Raymon empezó a inquietar se y no podía culparlo ya que quizás los dos pensábamos igual. Tal ves el también creía que los caminantes solo se encontraban en la universidad, aunque ahora que ponía un poco más de atención esa idea parecía un poco tonta. En ningún momento se miro ningún helicóptero pasar o militares disparando o alarmando a los ciudadanos.

No quería desconcertarlos más pero ¿Que tal sí la universidad había sido uno de los últimos puntos en los cuales los caminantes empezaron a atacar y la ciudad ya se encontraba congestionada por varios de ellos? - Teníamos que pensar en como salir de aquí.

-No son muchos los que están afuera...tal vez sean fácil de evadir. (Sugerí)

-Bueno tal ves puede funciona pero dime tu ¿como vamos a bajar?... Si estas sugiriendo que brinquemos déjame te digo que esa es una pésima idea ¿que tal sí uno de los tres cae mal y se lastima el pie? Entonces ya no será muy fácil evadirlos ¿cierto?. (Raymon dijo un poco frustrado)

Su argumento era válido ya que nos encontrábamos en el segundo piso y no podíamos arriesgarnos de esa manera.

-¿Qué fue eso? ¿Chicos escucharon eso?

Miramos por la ventana y eran dos jóvenes como nosotros pero ellos tenían armas. Estaban acabando con los caminantes que estaban afuera.

-¡Miren! (Rubí grito)

Una joven llego en una camioneta y los jóvenes saltaron en ella, teníamos que hacer algo para que nos vieran.

-Tenemos que abrir la ventana y llamar su atención ¡Rápido Raymon ayúdame a levantar la ventana!

-¡Por aquí! ¡Ayúdenos por favor!

Rubí gritaba lo más fuerte posible y nosotros empezamos a ayudar la.

-¡Ayuda!...¡Acá arriba! ¡Ayúdenos por favor!

Los jóvenes nos miraron y pusieron la camioneta lo más cercas posible debajo de la ventana.

-¡Salten! ¡Rápido salten!

Uno de los jóvenes grito.

-Rubí ve tu primero

-¡Tengo miedo! No quiero, creo que no puedo hacer lo

Había sido tanto el ruido el que habíamos echo que los caminantes empezaron a ponernos atención. Varios de ellos estaban empujando la puerta principal y parecía que se iba romper en cualquier momento.

-¡No tenemos mucho tiempo tienen que hacerlo ahora!

Se empezaron a escuchar unos golpes afuera del salón, al parecer ya habían llegado más caminantes al segundo piso.

-Ya no puedo con esto tengo que hacerlo

Raymon salto sin pensarlo dos veces y callo en la camioneta.

-Estoy bien...Salten, deprisa

-Ves Rubí, todo saldrá bien confía en mi.

-Esta bien....¡Aquí voy!

Ya sólo faltaba yo. Cuando estaba apunto de brincar, la puerta del salón se quebró y era solo un caminante, era mi amiga Ana.

-¡Stef salta!

Rubí y Raymon gritaban pero no podía moverme. Había quedado impactado ante la imagen de eso que tenia enfrente de mi.

-Ana....

Ella caminaba lentamente hacia mi, era como sí me reconociera pero sus impulsos la llevaban a atacarme.

-Ana, aquí es donde cumplo tu promesa y salgo con vida de este lugar.

Vi su cara y ya no era la misma, esa cosa enfrente de mi ya no era mi amiga, se había convertido en una extraña. Por alguna razón creí que era correcto así que le di con el hacha en su cabeza y su cuerpo callo al piso.

-Ya puedes descansar...

Salte y en cuanto di con la camioneta, la puerta de la universidad callo. Todos aquellos caminantes empezaron a salir.

-¡Vámonos!

El joven dio unas palmada sobre la camioneta y la conductora empezó a manejar. Sólo miraba como nos alejábamos de todos esos estudiantes y rostros tan familiares que ahora solo eran extraños.