The Walking Dead (Sin editar)

Desconocidos

Ya habíamos dejado ese pequeño vecindario atrás y aún seguía con la esperanza de que Anabel saliera de entré los árboles gritando que siempre decidía venir con nosotros pero la realidad era otra. Tenía que aferrarme a lo que pasaba en verdad y comprender que el destino de cada persona no depende de mi si no de ellos mismos.

-¿Haremos otra parada? (Rubi preguntó)

-Si encontramos algo en nuestro camino entonces la haremos ya que el evento de ayer hizo que no pudiéramos revisar las casas.

-Es cierto (Rubi agregó)

-¿Ya no supieron nada de ella? (Isaac preguntó)... ¿Stef?

-Ehh... ¿Qué?... ¿quien?

-Pues de esa chica... La del arco y flecha.

Por un momento no había entendido su pregunta por más simple que esta hubiera sido pero tenía varias cosas en mi mente que no me dejaban pensar y tardaba un poco para entender de lo que hablaban.

-Hmm...Que había decidido quedarse en ese lugar.

-Es tan triste ver como la gente pierde poco a poco el buen pensar... (Pamela comentó)

-Es tan simple saber que si no han regresado es porque están muertos. (John agregó)

-Eso nosotros no lo sabemos (Rubi argumentó)

-¿No?... ¿Entonces porque ninguno de nosotros esta buscando a familiares o amigos que nunca miramos morir?... La respuesta es simple... Porque nosotros ahora los damos como muertos y estoy seguro que si ellos siguen vivos, ellos hacen lo mismo... ¿Me equivoco?

-Tal vez... (Rubi respondió)

-Yo se que no me equivoco pero tu no lo aceptas... Deja de pensar en tu vida pasada, nunca será lo mismo.

-¡Bueno basta! (Pamela dijo enfadada)... John nadie pidió que vinieras, tu quisiste venir por tu propia cuenta ... Tienes que entender que no todos pensamos de la misma manera y por esa razón tienes que dejar de decir cosas tan negativas.

-Ustedes tienen problemas con lo que digo porque saben que es verdad pero nadie tiene las agallas de siquiera comentarlo.

-¡Basta ya!... ¡Basta!

Pamela grito una vez más y en ese mismo momento se escucho como una de las llantas había tronado. El carro se salía de control pero Isaac supo como volver a tomar el mando y freno a media carretera.

-¡Demonios!... ¡Maldición maldición maldición!

Isaac repetía la misma palabra una y otra vez mientras golpeaba el volante del carro.

-Pensé que al revisar el carro también miraban que las llantas estuvieran bien... (Pamela comentó)

-Lo mismo creí yo (Isaac respondió enfadado)

Enseguida salió del carro y los demás hicimos lo mismo.

-¡Maldición!... Si fue la llanta.

Isaac le daba de patadas a la llanta una y otra vez.

-Tranquilízate.

Pamela se puso a su lado y al poner su mano sobre el hombro de Isaac, el comenzó a relajarse.

-¿Y ahora que haremos? (Pregunté)

-Esperar a que pase otro carro (John comentó con sarcasmo)

La verdad me sentía bastante irritado con su actitud pero no podía darle el gusto de que el acabara con mi paciencia.

-¿No tiene remedio? (Rubi preguntó)