Recorrido

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-¿Llevan sus armas? (Ceci preguntó)

-Si...(voltee a ver a Rubi)

-Yo también las traigo.

-Bueno ya saben el plan.

Comenzamos a despedirnos. Me acerque a abrazar a Ceci y susurré a su oído.

-No dejes que Isaac sepa donde se quedarán Alyssa y Grillo.

Todavía no podía confiar en el así que más vale prevenir.

-No te preocupes...

Todos volvieron a tomar asiento en la sala. Rubi y yo pusimos lo que nos podía ser necesario en su pequeña mochila y escondimos nuestras armas. Respire profundamente y abrí la puerta. Salí primero para inspeccionar que nada fuera como en mi sueño, enseguida salió Rubi y cerré la puerta.

-Creí que no saldrían.

Escuche como mi padre comentó feliz. Salió de la camioneta y corrió hacia el otro lado para abrir la puerta.

La camioneta era pequeña. Sólo tenía tres asientos. Había decidido entrar primero y sentarme en el medio y evitar incomodidades entre Rubi y el.

-¿Nomás ustedes dos?

Volteó a ver la puerta de la casa esperando que alguien más saliera.

-Si... (Contesté)

Cerró la puerta, camino hacia el otro lado de la camioneta y subió en ella.

-¿Dónde están los demás?

Pregunto mientras rascaba su nuca. 

-Ellos...

¿Mentir o decir la verdad? Ahora tenía que ser de esta manera. La realidad se colgaba de un pequeño hilo dividida por una verdad que podría ser nuestra perdición.

-Un grupo de caminantes atacó...

-¿Caminantes?

Siempre se me olvidaba que todos tenían distintas formas de reconocer a los caminantes y se me hacia muy fácil hablar del tema como si fuera un adjetivo que todos usaban.

-Es el adjetivo que les hemos dado a esas cosas

-¿A los cadáveres?

Recordé el cuerpo de Ana tratando de atacarme. Como deje que Josue cayera para salvarme, lo cual significaba que lo más posible es que haya terminado como uno de ellos. La manera en que Raymon se había sacrificado por nosotros y no recordaba si alguien había acabado con el así que también cabía la posibilidad de que su cuerpo sólo este rondando por ahí. Así que no, no podía llamarlos cadáveres cuando sabía que compañeros míos se habían encontrado o se encontraban de esa manera.

-¿Cadáveres? (Volvió a preguntar)

Las memoria hicieron que su pregunta se viera pequeña..

-Nosotros los llamamos caminantes.

-¡Ja! caminantes...Que curioso.

No podía expresar cuanto rabia me causaba ver su sonrisa. 

-Entonces no hay nadie más...¿verdad?

-No... (Respondí)

Rubi se mantenía callada. Creo que era más el miedo de decir lo incorrecto a decir lo que en realidad pensaba.

 Giró las llaves y arranco la camioneta. 

Los nervios comenzaban a invadir mi cuerpo.

-Supongo que fue difícil haber perdido a sus amigos...

-Ellos no están muertos. (Rubi contestó)

-¿No?... ¿Entonces que paso?

Tenía que pensar en algo rápido.

-No están muertos. Lo que pasa es que poco después de que ustedes llegaran una manada de caminantes llego de sorpresa. Stef y yo fuimos los únicos en correr dentro de la casa pero Ceci y los niños no tuvieron otra opción más que correr dentro del bosque.

-Ya entiendo...¿Que te hace pensar que no están muertos?

Me irritaba observarlo, escucharlo, o simplemente compartir el mismo espacio, pero tenía que tener en mente el hecho de que había una posibilidad de vivir en el mismo lugar y seria inevitable evadirlo.

-Porque tengo esperanza (Rubi contestó)

-Eso me agrada...

Notaba lo lento que iba. Me imagine que era por precaución, la lluvia iba y venia. 

-¿Y queda lejos este lugar? (Pregunté)

-No... La verdad es que manejáremos por un rato.

-¿A que te refieres?

-A que tardáremos un poco en llegar.

-Habíamos quedado en ir al lugar donde vives... (contesté)

-Tienes que tranquilizarte Stef... Sabía que ya estando ahí te negarías a hablar conmigo. 

-Y piensas que esta es la mejor manera...  

-De esta manera se que no saldrás corriendo... 

Otra vez esa maldita sonrisa en su cara. Pero ¿que me pasa? No puedo dejar que el odio que siento... Sentía por el, vuelvan a mi mente y apodere mi cuerpo.

-Han de tener mucha gasolina para desperdiciarla de esta manera. (Añadí)

-Tenemos lo necesario.

Voltee a ver a Rubi y ella veía por la ventana. Evadía mi mirada. No podía culparla ya que se encontraba en una camioneta con un par de hombres que no se llevaban de la mejor manera.

Decidí mirar a través de la ventana. Las gotas de lluvia corrían sobre el vidrio y rápidamente se llenaba de estas justo después de ser limpiadas por el parabrisas.

Era tan curioso como ahora se podía manejar por en medio de la carretera sin temor a que otro carro pasara.

-Pensé que querías hablar...

Miraba su cara por el espejo retrovisor y mantenía su mirada hacia el frente.

-No se cómo empezar... Por lo menos, no se como empezar contigo...

Contestó un poco desilusionado.

-Hemos estado hablando todo este tiempo.

-Tu sabes a lo que me refiero.

Claro que sabía a que se refería pero no quería ser yo el que trajera ese tema a la conversación.

-Stef... Lo dije anteriormente... Se que nunca perdonaras el hecho de que te deje con tu madre... Que te abandone... Devi a ver luchado más por tu custodia...

-No quiero que lo veas como una ofensa pero creo que fue lo mejor...

-¿Por que? (Preguntó)

-Tu sabes lo que paso con mamá... Poco después de que ella entrará al hospital, yo quede al cuidado de mi abuela. Con ella aprendí a valorar lo que tengo... Se que si me hubiera quedado contigo, tu me hayas dado todo lo que hubiese querido.

-Trate de mandar dinero.

-Se que lo hiciste pero mi abuela nunca lo acepto...Y no sabes cuanto se lo agradezco. Nunca me falto comida o techo. Aprendí a trabajar duro para lograr mis metas y mira a donde llegue... con mis calificaciones entré a una de las universidades con más prestigio.

-Siempre supe de tu capacidad escolar...  

-Ahora ves... Esa no es la razón por la que tienes que pedir perdón.

-¿Entonces cual es? (Preguntó)

-El no haber cumplido con tu papel de padre...

Mire la confusión en su rostro. Tal vez no entendió a lo que me refería.

-Yo no ocupaba de tu dinero... Necesitaba un ejemplo a seguir, necesitaba alguien que me enseñara como reparar un carro o como andar en bicicleta... Necesitaba ese calor de padre que nunca recibí de ti.

-Traté...

-Lo hiciste... Pero eso fue hasta que tu segunda familia apareció, después de eso te alejaste poco a poco para luego desaparecer.

Suspire profundamente. Sentí como desaparecía la tensión en mi espalda. Ahora me sentía mejor. Voltee a verlo y su presencia ya no me irritaba.

-Si sirve de algo... Creo que ya te he perdonado. (Agregué)

-Gracias... 

Rubi tomo mi mano, volteo a verme y sonrió. Me hizo sentir que había hecho lo correcto.

-¿Ahora podemos ir al lugar? (Rubi preguntó)

-Si creo que si...

Mi padre paró la camioneta y comenzó a dar reversa. Poco después dio la vuelta y continuo manejando. Había partes del camino en donde había otros carros que parecían estar abandonados. 

The Walking Dead (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora