Las clases habían comenzado hace ya diez minutos y él nuevamente iba corriendo por los pasillos para lograr llegar al salón, no era extraño para nadie verlo llegar con sus mofletes rojos por el sobreesfuerzo y jadeando por la falta de oxígeno y es que tampoco era muy bueno en deportes, tampoco era de extrañar que la profesora de lenguaje le dejase entrar ya rendida de regañarlo tantas veces como si aquel chico fuese su hijo.
El muchacho de teñido cabello caminó por las filas del salón hasta el último puesto, saludando a sus amigos por el trayecto. Se sentó en su asiento observando al frente intentando poner atención aunque de todos modos se distraía fácilmente por lo que seguramente la mosca que vagaba por el salón tenía el noventa y nueve por ciento de su atención.
De pronto comenzó a extrañar los mimos de Calum en su cabello por lo que observó a su lado para reclamarle al moreno pero a su lado sólo había un rubio muy concentrado en la clase que a menudo mordía el piercing que llevaba puesto en el labio.
─ ¿¡Tú quién mierda eres!? ─Medio gritó exaltado el chico de teñido cabello, la clase entera se volteó para observar a Michael, sus amigos comenzaron a reír y la profesora soltó un suspiro. El chico rubio desvió su vista al dueño de aquella voz.
─ Luke Hemmings. ─Fue todo lo que dijo volviendo a posar su vista enfrente, Michael pasó de observar a la mosca a observar a aquel rubio.
La hora de lenguaje acabó pronto, Michael se levantó hasta llegar a donde estaban sus amigas quienes lo tomaron del brazo como si fuesen una cadena y caminaron hacia las gradas. Las chicas se sentaron juntas y Michael se recostó dejando su cabeza sobre las piernas de una de ellas, la cual comenzó a dar suaves caricias en el cabello del ─Ahora─ Pelinegro chico.
─ Hey Mike, ¿No te han dicho nada por tu cabello? ─Preguntó Amy observándolo, Michael abrió uno de sus ojos negando ante la pregunta de su rubia amiga.
─ ¿Por qué? ¿Te han regañado? ─Preguntó esta vez Maddie, la chica pelirroja que acariciaba el cabello de Michael. Amy asintió con una mueca, no quería tinturar su cabello azúl.
─ ¿Quieres que te tinture el cabello? Aún tengo algo de tinte por allí. ─Michael se removió en las piernas de su pelirroja amiga para que esta pudiese acariciar sus orejas, amaba cuando le daban mimos. Amy asintió nuevamente en silencio, de pronto se escucharon algunos gritos amistosos, eran los chicos del salón jugando a la pelota─ El chico nuevo se ha integrado bastante bieㅡ
─ ¡¡¡Cuidado!!!