La habitación estaba hecha un desastre, él estaba durmiendo al borde de la cama casi cayendo de esta, si no fuera por las sábanas enredadas en su cuerpo, él estaría ya en el suelo. El silencio fue interrumpido de pronto por Jesus of suburbia de Green Day, Michael saltó asustado y al estar enredado por las sábanas terminó cayendo hecho un lío.
Tomó el móvil y al percatarse que era una llamada, contestó, sin percatarse de quien era hasta que la voz suave de Cárter se escuchó.
─ ¿Estabas durmiendo? ─Preguntó Cárter al otro lado de la línea, Michael aún despistado por el sueño negó, creyendo que quizá el chico lo veía.
─ ¡No! ¡Claro que no! ─Exclamó de pronto el teñido, Cárter tuvo que alejar el móvil de su oído para no perderlo por el grito de su exnovio.
─ Muy bien, te creo. ─El mayor rió con gracia para luego continuar─ Estoy en el paradero, te estoy esperando. ─Avisó, Michael ya un poco más despierto se levantó y estiró diciendo que pronto estaría allí.
Se vistió rápidamente, tomó llaves y dinero para salir de casa. Caminó rápidamente hasta el paradero, su corazón latía frenético y podría jurar que en su estomago las mariposas revoloteaban desesperadas por querer salir. Dobló en la esquina y allí lo vio, a aquel chico de rostro pálido y cabello negro, vistiendo una polera blanca con diseños retorcidos, pantalones negros ajustados y sus bototos militares favoritos, llevaba también una chaqueta de cuero negra.
Cuando sus miradas se encontraron automáticamente una sonrisa apareció en sus rostros, ambos se acercaron y sonrieron mientras se daban un abrazo.
─ ¿Cómo has estado? ─Preguntó Cárter caminando a la par de Michael, el chico se encogió de hombros.
─ Bien... No me quejo, ¿Y tú? ─Preguntó Michael interesado, Cárter también se encogió de hombros aunque mantenía su sonrisa.
─ Mejor, aunque los lazos con mi padre se fueron a la mierda pero al menos mi madre sabe ya que no me gustan las chicas y extrañamente me apoya un montón. ─Dijo el chico sonriente, Michael se alegró.
─ Eso es bueno Cárter, hey acompáñame a comprar, no me dejaron comida. ─Pidió el teñido haciendo un puchero, Cárter tiró de él con una sonrisa.
Finalmente compraron espagueti y caminaron hasta el hogar del teñido, mientras caminaban hablaban sobre la vida, sobre planes a futuro y que probablemente podrían escapar juntos a algún lugar, algo lejos de las represiones.
Al llegar a la casa del teñido, Sam, el gato de este salió a saludar a Cárter. Mike supuso que era normal después de todo cuando estaban juntos y Cárter se quedaba en casa siempre le daba mimos.Michael abrió la puerta de la casa y entraron directo a la cocina para preparar té y poder cocinar pronto como en los viejos tiempos mientras dejaban cargando una película de terror.
─ Aceite y sal. ─Pidió Cárter, Michael con una sonrisa se los pasó. Cárter preparaba la pasta con cuidado para que no se pegara entre ella ni en la olla.
Cuando estuvo todo listo se sentaron en el sofá a ver alguna película mientras comían y hablaban.
El tiempo pasó demasiado rápido para ambos, Michael se encontraba dormitando en el pecho de Cárter y este intentaba no moverse para no interrumpirle sin embargo el sonido de su alarma bastó para sacar al teñido de su sueño tenue.
─ ¿Te vas? ─Preguntó el teñido con decepción, Cárter lo abrazó asintiendo. Se quedaron así por algunos minutos hasta que ya era tiempo de que el pelinegro se marchara pues Edwar le esperaba en el centro. Michael suspiró y sin más, tomó las llaves para acompañarlo hasta la parada del autobús.
